miércoles, 23 de noviembre de 2011

58- Jaque Mate.



Shopping –Marzo

-¡Negro! Mira que hermoso, un juego de ajedrez de vidrio esmerilado. ¿Te lo compras?
-No negrita, son horribles.

Feria de artesanos –Abril
-¡Uy! ¡Un ajedrez de vidrio esmerilado! ¿Dale que te lo comprabas?
- Esteeeee, no creo che.

Salida del Museo de Arte Contemporáneo –Mayo
-¡Que divinuuuuura! ¡Un juego de ajedrez de vidrio esmerilado! ¡Lo compreeeeemos!
- ¡Eeeeh! Peroquerompehuev…

Paseo de los poetas –Junio
-¡Mira lindo! Ese señor vende juegos de ajedrez de vidrio esmerilado. ¡Compraaaate uno!
- Bueeeeeno, dale, compremos uno.

Depto de la Estropaja –Julio
-¡Andate a la mierda de acá!, ¡y llevate esa cagada de juego de ajedrez que es tuyo!
-¿Ah?

Depto del Estropajo –Diciembre
(Mientras revolvía cosas para hacer limpieza general)
-Che, Galle… Papá sigue jugando al ajedrez ¿No?
-Si, a veces.
-¿Te gustan los juegos de ajedrez de vidrio esmerilado?
-Son una cagada, se te cae una pieza y hay que tirar todo. ¿Por qué la pregunta?
-Tengo esta mierda de juego. A ver, yo te lo doy, si te gusta lo dejas en casa, si no se lo regalas a alguien a quien le tengas mucha bronca, y si no lo tirálo a la puta madre.

Días más tarde me enteré que al famoso juego de ajedrez de vidrio esmerilado termino en el tacho de basura un minuto después de haber llegado a casa de mis viejos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

57- La frase de la semana



“Algunas películas deberían tener un tipo de clasificación nueva: No aptas para nadie” (El Estropajo, luego de un par de desilusiones con el séptimo arte)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

56- Drágula



Imagínense la situación… Recta por la autopista, mi queridísima “Cumbancha” circulaba a velocidades insanas. Eran algo así como las cuatro de la mañana, volvíamos con los nenes de juerga. La cantidad de alcohol en nuestras venas era igual o mayor a la velocidad a la que íbamos:

-Che boludo, baja la velocidad nos vamos a matar…-Dije con los ojos lagrimeando por el viento que entraba por la ventanilla.

-Si el que va manejando sos vos borracho asqueroso- Me retrucó Pablito desde el asiento de atrás haciendo arcadas.

-¡Uy cierto! ¿Che, que mierda es esa linterna que me hace señas?- Pregunté tratando de adivinar que era ese bulto que se meneaba detrás de la linterna.

-¡No te puedo creer! Creo que es la cana, la puta madre que lo parió… -Comentó Fede que era el que mejor veía (anteojos mediante).

-¡Estamos en el horno!- Dije con tono de resignación.

- Bueno, bueno… no nos hagamos drama, le pasamos unos pesos, y que se vaya a cagar- Comentó Matías, el estratega.

En lo que esta conversación duraba, creo que nos pasamos por ciento cincuenta metros del control de tránsito, imagínense que íbamos mas o menos a 100 Km./h, así que como era de suponer la frenada que pegamos hizo eco en todo el valle y dejó una marca indeleble en el asfalto…

-¿Para qué frenas? ¡BOLUDO!- Me gritaba indignadísimo Fede-

-¿Tengo que volver al control o no? ¿Acaso no le debemos guita al cana?- Pregunté de la manera más boluda, inocente y ebria posible-

-¡Vámonos a la mierda IMBECIL! ¡Uh! Ahí viene la moto, ahora si cagamos- Sentenció Matías-

-¡Nos van a quitar el auto! ¡Nos lo van a quitar por que somos una manga de borrachos!- Gemía entre sollozos Fede.

-Estropajo ¡Hace algo que te parió!- Me apuraba Matías, para que le diera solución al despelote que se nos venía encima.

La moto se nos acercaba con la fucking lucecita azul de la sirena prendida, se paró adelante nuestro y se bajó un tipito con aires de Poncharello de “CHiPs” (dato solo para nostálgicos), solo que  quince centímetros mas bajo y cuarenta centímetros más ancho en la panza…

Perdido por perdido, todo se resumió en un simple un cálculo matemático, teniendo en cuanta los siguientes factores: La distancia que separaba la moto estacionada de la Cumbancha, el tamaño del gordo que se me venía encima con un talonario de multa en la mano, el peso del gordo en si (muy gordo, como todo inspector de tránsito). Sumados estos factores a las ganas que teníamos de hacerle pito catalán a nuestro empobrecido y corrupto sistema de tránsito.

Tan solo unos cuantos metros antes que llegara a mi ventanilla, puse primera y salimos a todo lo que nos permitía mi Cumbancha.

Creo que al policía de tránsito le quedó una sensación mezclada, entre bronca por que nos cagábamos de risa de el, y tristeza por no haber podido coimearnos...

jueves, 8 de septiembre de 2011

55- La teoría de la fea II




-La fea que no es “ninguna boluda”:

Se cogió a medio pueblo, sabe muchos trucos de cama, nunca la vas a escuchar tirarte una amenaza del tipo “le voy a contar a tu novia”, toma alcohol de tal manera que te hace pensar si no será descendiente de rusos o nórdicos. En general le gusta la cumbia o el “renegreton” (ya que en ese ambiente se mueve la mayoría de sus presas). Toma pastillas y lleva forros por las dudas, por que sabe que va a coger a cualquier costo (aunque tenga que pagar ella el telo), caiga quien caiga (así tenga que ser yo quien caiga).
Coge como condenada a muerte, por que no es ninguna boluda.

-La fea “¡Que cagada que sea fea!”

Este espécimen, es fea (lamentablemente), pero si fuese un par de tragos más linda, según la teoría del alcohol (esperar posts futuros), todos los hombres querrían darle hasta que los ingleses devuelvan las Malvinas.
Sabe de fútbol, es reservada, le gusta el rock y el blues, nunca lleva cámara de fotos a ninguna reunión, le entiende bastante bien a la teoría del alcohol, sabe preparar un buen fernet. Lleva forros en la cartera (por si acaso), aunque en el fondo sabe que coger es una posibilidad un tanto remota. En fin, es un hombre con tetas y concha.

-La Fea “Fea”

Irremediablemente fea, indescriptiblemente fea, absurdamente fea, fea por donde se la mire. Es tan fea que te dan ganas de cagarla a palos. Con toda su fisonomía haciendo juego: Boca típica de un “metelapata”, cuerpo con olores extraños, mucho pelo en lugares donde no debería haber una selva del Mato Grosso, uñas con basuritas, algún que otro diente menos, olor a tabaco en la ropa, pelos en los pezones, en fin… ¡Muy fea! (aún así le doy).

-Conclusión:

Feas hay en todos los lados, depende del ojo observador, que tan crítico seas, que tanto estomago tengas, y cuanto alcohol esté corriendo por tus venas. Y cuan intolerante seas a la famosa “náusea matutina” cuando la veas desparramando su humanidad, desnuda, en tu cama, se de vuelta desperezándose, con aliento fétido, como león del Serengeti después de haberse cenado una gacela thompson, y te diga sonriendo con su dentadura incompleta:

“-¡Estuviste espectacularrrrrr papiiiii!”

-Pensamiento personal:

Están todas más buenas que mear rascándose el escroto después de haber tomado cinco litros de cerveza.

¡Que vivan las minas! Que mierda…

martes, 30 de agosto de 2011

54- La teoría de la fea I



La fea es un bien/mal necesario de la sociedad, está presente en todos lados y es una medida de la poca objetividad que ponemos los hombres a la hora de admirar a una mujer por sus peculiaridades físicas.

Personalmente pienso que todas las mujeres son hermosas ¡Es verdad! Al punto de hacerle un agujero a un tronco, ponerle un par de globos inflados con aire, y darle masa hasta hacer fuego…

En base a mi experiencia, y con ayuda de un par de pares de sesiones de un-dos ultraviolento con especimenes que a duras penas calificaban como mujeres, voy a hacer un intento de clasificación de las feas según los siguientes grupos:


-La fea antisocial:

Esta fea, se sabe fea y no permite que en su grupo, ya sea de la universidad, el colegio, del gimnasio o de pastoral universitaria, existan otras mujeres que pongan en evidencia su fealdad. Por lo general son retraídas, medio mojigatas (a causa de su poca actividad física horizontal), un tanto rellenitas (¿para qué cuidarse?) mucha teoría y poca práctica (o mucho cachondeo y poco chucu-chucu). Se deja muy de tanto en tanto, y cuando prueba quiere cada vez más, y ante la imposibilidad de un nuevo revolcón, ya que es irremediablemente fea, se retrae aún más, empeorando así  su condición de FEA ANTISOCIAL.


-La fea sociable:

Este tipo de fea es más piola, se junta en cuanto grupo se arma (o cuanto grupo la acepta). El pro es que conoce mucha gente, la contra es que de todo el grupo es la más fea, lo que hace que en el mismo grupo se amase una especie de “lastima” y el comentario recurrente es “pobrecita (insértese acá el nombre de la fea más fea que conozca)”. En la cama es mas “gauchita”, ya que de no serlo podría mermar su posibilidades de repetir, e inclusive podría enseñarte un par de trucos de colchón. Esta fea coge más seguido, ya que al salir en grupo, las posibilidades que reciba una “bala perdida” en el camino son más grandes que las de la fea antisocial. 


-La fea boluda:

Ni hablar, éste tipo de fea no es más que una fea sociable mezclada con una poderosísima dosis de pelotudez. En medio del grupo es siempre la que hace el comentario desubicado, la que no entiende el chiste, a la que todos le toman el pelo. La que saca las fotos para armar un albumcito en facebook, y de esa manera escrachar a todos los presentes en situaciones poco saludables. Demás está decir que al son que sale en manada, coge más seguido que la antisocial y de tanto en tanto recibe una “bala perdida”, el problema es que en algún momento, uno de estos disparos hace bullseye, y a la fea boluda a los nueve meses le sale un retoño de la panza… POR BOLUDA…

miércoles, 24 de agosto de 2011

53- La frase de la semana



“Un día sin sol es como… Ya saben ¡Como la noche!” (Matías, generalmente después de la tercera botella)

martes, 23 de agosto de 2011

52- Mi infancia va al diván




Cuando era chico yo tenía (y creo que todo niño criado en los 80’) la secreta fantasía que Carozo y Narizota vinieran a mi casa a tomar la leche. Eso si me hubiese convertido en un nene popular entre mis compañeritos de primaria. Obviamente jamás vinieron.
Por eso verlos ahora, en la decrepitud de sus carreras, comentando los resultados de las carreras de caballos en Crónica TV me provoca un macabro regocijo.
Que se jodan, y de paso que se los morfen las polillas.

Me pasa lo mismo con mi frustrante imposibilidad de levantar castillitos de arena, o cualquier estructura que involucre barro (agua + tierra). Generalmente (o cuando estoy de humor) ayudo a los nenes a levantarlos (ante la mirada de ternura de las madres y/o tías: Punto a favor) y cuando finalmente la obra está concluida, me levando y, “sin querer” me doy vuelta y con el talón lo termino derribando.

Las películas de Disney me provocan ganas de matar a alguien, si yo secuestrase a Bella con el afán que el le pegue con ganas el síndrome de Estocolmo y se enamore de mi, lo más probable es que me haga acreedor a un par de tiros en la frente, gentilmente proporcionados por nuestro cuerpo de infantería de la policía, u ocho años de cárcel por secuestrador. Al trolo que escribió la escena de la muerte de la mamá de Bambi: Gracias por traumarme la infancia hijo de puta, ojala te haya agarrado la hinchada de los Miami Dolphins después de perder el Super Bowl.

“Estamos invitados a tomar el té, la tetera es de porcelana pero no se ve”. ¿Como mierda no se va a ver? ¿Qué estaba tomando o fumando doña María Elena cuando escribió esto?

“Aserrín aserrán, los maderos de San Juan, piden pan, no les da, piden queso les dan un hueso” Reverendísimos hijitos de puta ¿Cómo se les ocurre hacerles eso a los maderos de San Juan? Las letras de las canciones infantiles eran en su mayoría macabras, y me hacían tener pesadillas. Y ni hablar de la letra de “Pinocho” la del “Viejo hospital de los muñecos”, ese si es un temita que todavía me bloquea.

Otra tarada sin excusas es la salame de Manuelita: Si tan bien estaba en Pehuajó ¿Para qué bosta se fue? ¿Qué concha tenía que hacer en Paris? ¿Por qué mierda insiste en eso de “un poquito caminando…”? ¿Cómo podes cruzar el Atlántico caminando? ¿Por qué carajo no se toma un vuelo de Air France que hace Pehuajó-París sin escalas?

“El gallo Pinto se durmió y esta mañana no cantó” ¿Qué le ocurrió en realidad al señor Pinto? ¿Qué se esconde detrás del silencio de este siniestro personaje? ¿Por qué el sol se niega a salir? ¿Acaso hay ciertos grupos de poder que quieren que este gallo no cante? ¿Qué tiene que ver Clarín y el gobierno nacional en todo esto?

Si si, sé que tengo problemas, graves problemas asociados a mi niñez. 

viernes, 19 de agosto de 2011

51- Dialogo IV (A.K.A. Brecha generacional)




-Pero Gaudi ¡bebota! ¿En serio me decís que nunca usaste las fibras “Sylvapen”?

-No negro, nunca, cuando iba a la primaria ya no existían. ¿Acaso vos si?

-Si, si… Las usábamos para pintar bisontes y mamuts en nuestras cuevas antes de salir a cazar. ¿Manón no comiste nunca por casualidad?

-¿Qué es Manón mi amor?

-Nada, nada, dejálo ahí. No me siento bien, nos vemos mañana. Me voy a tomar mi remedio para el nervio ciático…

sábado, 13 de agosto de 2011

50- Guadalupe II (A.K.A. Padre nuestro)




Llevábamos unas semanas de “noviazgo” con Guadita, y la noche del jueves desembocaba en un furioso partido de póker:

- Pago los tuyos y subo treinta. Che Estropajincillo, ¿Y? ¿Ya estás más ágil en el tema de preparar mamaderas y cambiar pañales?- Preguntaba Pablito haciéndose el gracioso.

- Simpatiquísimo lo tuyo querido, pasa que no te das una idea lo madura que es esta pendeja. A parte tiene demasiado potencial- Dije tratando de excusar mi comportamiento rayano con lo pedófilo.

- A mi lo que me preocupa es el hecho que si el viejo se entera de tu estilo de vida, te va a querer castrar, o lo que es peor: ¡te va a querer denunciar boludo! – Comentaba Fede por detrás de unos anteojotes inmensos producto de una nueva visita al oculista.

- ¡Elton John tiene razón!  Vas a terminar en cana, y va a parecer expreso de medianoche, sentenció Matías.

- Puede ser, el viejo me mira con cara de bragueta manchada, pero hace un par de noches me la jugué y perdido por perdido, ehhhh ¡Le hice la gran propuesta!..- Dije y mientras decía esto, pude ver la mirada de espanto en la cara de mis amigos. Si hasta a Fede se le volcó la cerveza en la camisa.

-Para pelotudo ¿Qué mierda hiciste? No me digas que le pediste la mano o alguna estupidez de esas – Preguntó Pablo temiendo lo peor.

- A vos te están cayendo mal los esteroides ¿Cómo carajo se te ocurre que le voy a pedir semejante huevada? – Y diciendo esto tranquilicé a la tropa.

- Entonces ¿Qué carajo le propusiste al viejo? – Preguntó Matías.

- Le pregunté si quería salir alguna vez a tomar algo conmigo – Dije sin inmutarme.

- ¡Ja ja ja ja! Vos si que sos un kamikaze. Me imagino que te quiso matar – Me escupió Matías en la cara.

- No, para nada, todo lo contrario, de hecho salimos ayer, fuimos a tomar unas cervezas y terminamos en un cabaret. Perdón que no los haya invitado muchachos, pero ustedes  ya saben como son estas cosas de familia…


viernes, 5 de agosto de 2011

49- Guadalupe I





Guadalupe era una niña de colegio, finalizando sus estudios (en unos dos años). Yo era un estudiante de tercer año de facultad, muy centrado, cuerdo y responsable (¡Ja! Ni mi madre se cree esta oración). No me acuerdo como nos conocimos (no recuerdo si estaba ebrio), no me acuerdo como se enamoró de mí y tratar de explicar por qué teníamos tan buena onda arrojaría pobrísimos resultados.

Era una mezcla de muchas cosas, ella tenía esa chispa adolescente que yo me rehusaba a perder, y yo tenía ese toque de imbécil de facultad, con aires de John Nash al que ella aspiraba. Mi mundo vagaba entre lo adulto/ero y lo bohemio, entre la música y los libros (y el mundo de la joda principalmente). Y el de ella entre las comedias de Cris Morena, Beverly Hills 90210, la tarea de latín, el matinée de los sábados y las fiestitas de quince.

Lo cierto era que la brecha generacional era obvia y provocó, en su momento, las más variadas y originales gastadas por parte de los nenes. Me hice acreedor a millones de sobrenombres “Profanador de cunas”, “Mary Poppins”, “The Nanny” “Hombre Pampers”, entre otros.

Lo que pocos sabían en ese momento era que entre Guadalupe y yo había demasiada buena onda, me gustaba en serio (use tantas veces la palabra “en serio”, que ya casi no me tomo en serio), la veía muy madura para su edad y, siendo yo muy inmaduro para la mía, hacíamos que la brecha se acortase, a unos dos o tres años de diferencia.

Las cosas iban viento en popa, se me hacía bastante cómodo, no iba a quedarse a dormir en casa como María, por que sus viejos la matarían, no iba a tratar de matarme con comida extraña por que no sabía hervir ni un huevo, ni mucho menos intentar sorprenderme en situaciones de trampa como Paula y otras tantas por que le costaba mucho salir sin permiso de “papi”.

Como les decía, la cosa se estaba poniendo buena, tan buena como Guada vestida de lo que era, una colegiala…

jueves, 4 de agosto de 2011

48- La Frase de la semana



“Es de origen viral, es el término acuñado por la medicina moderna para intentar decirte: No tengo la más puta idea sobre que mierda tenés” (Mi tío, el médico)

martes, 2 de agosto de 2011

47- El arte del levante (According to me)



Me habían invitado a un casamiento, se casaba un amigo mío.

Eran más o menos las cinco de la mañana, y la fiesta empezaba a hacerse aburrida, mi amiguita tenía pasaje para volver al interior de la provincia para las siete treinta y había que hacer tiempo (o me daba tiempo para intentar algo).

-¿Qué decís si vamos a tomar un café? – Le propuse.

-Estaría hermoso, pero… ¿A esta hora? ¿Acaso hay algo abierto? – Cuestionó incrédula.

-Conozco un lugar donde hacen el mejor café del mundo y a cualquier hora: Mi depto.

Pocas frases tienen la contundencia y la imposibilidad de escape como una de estas, es sencilla y va derecho a los bifes, es una invitación cordial a tomar un café, y al colchón (o sommier para los más exquisitos). Y te da la pauta inequívoca que, si acepta, es por que quiere guerra, si no, a trabajar el cerebro por que a esa hora el resto de las candidatas al levante están o muy ebrias o muy en las garras de otro.



Caso I:

-¿Tu depto? Bueno, dale, voy por mis cosas- Fin de la historia, lo único que resta es pasar por la terminal de micros a liberar el pasaje, por que en una hora treinta no se puede desempeñar un papel digno, y rogar que en mi caverna quede algo de café…

Caso II:

-¿Tu depto? Mira, no quiero parecer estrecha, pero me parece que no da…-llegado el caso, hay que poner en funcionamiento el neuronaje,  si se pianta la señorita lo más probable es que termines en casa alimentando tu adicción por las películas porno.

-Para nada amor, no esperaba menos de vos. Si se te antoja, podemos terminar la noche con un city tour hasta que veamos las primeras luces de la mañana, te llevo a la terminal y dormís en el camino- Elegante, tentador, y te da tiempo para un flash un-dos ultraviolento en el asiento de atrás del auto. Aunque eso hace que termines un par de escalones más debajo de lo que esperabas terminar y te quita la posibilidad de una siestita a cuatro patas haciendo cucharita.

-¡Ay! Dale, me encantaría ¿No te enojas? – Pregunta inocente y de índole intrascendente, claro que me da un dolor de pelotas increíble, pero no voy a decírtelo por que soy un caballero, y quiero ponértela cueste lo que cueste.

-Por supuesto que no amor, voy a buscar el saco y salimos.- Y en el auto no te escapas, aunque lleves el apellido Houdini.

Ya en el auto, la cosa queda librada al filo de la lengua, a la temperatura del coche, la música y la vista del lugar en cuestión, en mi caso la temperatura tiene que ser cálida, la música tranquila (de preferencia blues) y la vista… El mirador de alguno de nuestros cerros. El resto es cuestión de tiempo. ¿Los forros? Dos paquetes en la guantera y uno en el bolsillito del asiento de atrás, lado del conductor… ¿Y el pasaje en micro? Lo perdió, que se cague por estrecha. ¡Ah! ¡Y no hay café!

miércoles, 27 de julio de 2011

46- Un perfecto caballero (Según Fede)




Mujeres, lo más hermoso de la creación. Ustedes saben que los hombres, a veces, tenemos actos de caballerosidad que nos hacen ver hasta un dejo de humanidad en nuestras personas. Pero ¿Saben qué? ¡Pinchila! Detrás de todo acto de caballerosidad nuestro se esconde una intención solapada, un interés de por medio, siempre hay una segunda intención.

Si me adelanto a abrirte la puerta, no es de atento que soy, solo quiero verte el culo cuando pasas.

Si me agacho a levantarte algo que se te cayó, es por que quiero una vista de cerca de tus piernas, y de paso confirmar que te depilaste.

Si te cedo el asiento en el bondi, es por que quiero tener una buena perspectiva de tu escote.

Si te cedo mi lugar en la fila, y te dejo pasar antes, es solo para mirarte el orto.

Si te digo: “No te preocupes espero afuera”, cuando estás por salir del trabajo, es solo para tener chance de mirar otros culos y otras tetas.

¿Caballeros? Caballeros eran flacos de armadura y espada, que en el medioevo
 se fueron de joda  a matar musulmanes. ¿Los hombres? Los hombres somos otra cosa.

viernes, 22 de julio de 2011

45- La frase de la semana



“En mi vida quiero una compañera morocha, esbelta, fiel, cariñosa y juguetona.
¡Ya lo decidí! La semana que viene me compro una Ovejero Belga” (Guille, después del 4° tequila)

miércoles, 20 de julio de 2011

44- Amigos




Me llevaron a casa en pedo, y no me violaron…

Les di las llaves de mi departamento, y no me robaron…

Las minas me rompieron el corazón una y otra vez, y ellos fueron a casa con curitas y varias botellas de fernet…

Me hacharon en la facultad diez millones de veces, y diez millones de fernets llegaron a casa…

Tuve mil problemas, y a los cinco minutos tuve mil soluciones distintas, que involucraban locas, cabarets, alcohol y música, pero por sobre todo involucró una mano para sacarme del pozo…

Gracias amigos, gracias desde el fondo de mi corazón, por todo, por lo que pasamos, por lo que hacemos y por lo que vamos a seguir haciendo… HASTA QUE NOS ASFIXIEMOS EN UNA AVALANCHA DE TETAS!!!!

lunes, 18 de julio de 2011

43- The Empire Strikes Back




Siempre que las tardes se hacían largas  me ponía a pelotudear en el teléfono, y a veces hasta salía algún plan nocturno con promesa de satisfactoria actividad física horizontal:

El diálogo empezaba a ponerse interesante, después de media hora de charla, Julieta, la señorita en cuestión, empezaba a dar señales de soltura:

-Dale negrita, esta noche tengo preparado algo especial para nosotros -  Empecé a comentar tratando de entrar en la recta final de el tire-afloje.

-¡Ay! me encantaría, pero vos viste, mi novio está súper perseguido, no se si esta noche vamos a poder hacer algo- pero en su voz había algo que me decía que quería un-dos ultraviolento.

-Mira, si te puedo ayudar con la coartada, le decís al cornudo de tu novio que te vas a lo de Fernanda a estudiar, yo te paso a buscar por la casa de ella, y te llevo de vuelta antes que amanezca – Si se trata de soluciones con falda de por medio, soy una luz. Y con lo de cornudo no estaba mintiendo, así que no se puede ofender.

-Mmm..., podría ser ¿No?- Ya le había entrado la idea, pero aún así se la veía dubitativa, y eso me ponía los huevos a punto de hervor.

Justo en ese momento empezó a sonar el tonito de llamada en espera, y no pude con mi carácter chusma, quise saber quien era.

-Uy amor ¿Me aguantás? Tengo una llamada en espera, por favor no te vayas.

-Si bebe, dale, no te preocupes te espero.

Apreté el botón para liberar la llamada, para sorpresa mía era Paula:

- Hola negrito hermoso, tengo puesta una tanga idéntica a la que me puse en nuestra primera vez ¿Querés verla? ¿Esta noche en tu depto? – Me propuso sin siquiera dejarme respirar.

-¡Trato hecho!- Y diciendo esto le corté la llamada.

Volví y Julieta estuvo un poco más suelta:

-¿Hola Juli?- Pregunté.

-Hola mi amor, tengo todo casi listo para esta noche. ¿En qué estábamos?- Me preguntó.

-En que te ibas a la reputísima madre que te parió, frígida de mierda.

¡CLACK!



viernes, 15 de julio de 2011

42- My Lula



Llegué al depto una noche de primavera, cinco minutos antes había dejado a Matías en su casa después de una tarde de música y libros, volví con unas ganas incontenibles de sentarme a escribir. El clima era agradable y el aroma de los jazmines maravilloso, típico de una nochecita de noviembre, momento ideal para una Corona (¿cuál si no?)

Prendo la computadora y me siento a escribir, pucho entre los labios, Frankie suena inundando el depto de recuerdos y empiezo a retorcerme de ganas de llamar a Pau, pero no, ni en pedo, no vuelvo a mariconear, por lo menos no hasta la cuarta botella.

Saqué a Lula de la pecera para que se pavonee por el depto como hacía siempre, la agarro de la fóvea y como que se quiso embolar, antes de ponerla en el piso pienso “esta hijita de puta me va a querer picar”, en patas como me gusta caminar cuando hace calor, había que ser muy cuidadoso para no pisarla, a menos que quisiera pasar un muy mal momento con ese par de colmillos negros.

Empiezo a escribir de manera febril, las palabras salen casi en el mismo momento que las pienso y el texto empieza a tener sentido, hasta cierta gracia, se me ocurre agarrar la viola y empezar a divagar. Me siento John terminando de componer “Imagine”, casi estaba olvidándome de lo mucho que extrañaba a Paula. Cuando de repente y en el medio del intento de estribillo siento un chirrido, como un grito muy agudo, seco, ronco…y la oscuridad.

¿Qué mierda pasa?”, me pregunto, no se veía una bosta, voy trepando entre la mesa ratona y el sofá (recuerden los colmillitos de mi mascota), en el camino me clavo un tenedor de bronce de la mesita “¡Ay la mierda! Me cago en mi vieja que me regala estos adornos pedorros”, antes de llegar al sofá meto un pie en el cenicero, y me quemo el otro con el pucho, me sentía en un capítulo de Mr. Bean.

Alcanzo el disyuntor, obviamente estaba abajo, lo levanto, y en ese momento empiezo a sentir un olor como a plástico quemado: “Lulita ¡mi vida!”, pienso y me imagino lo peor. Mi bebita hermosa se ve junto al estabilizador de la computadora, toda arruchada con sus patitas todas recogidas y tirando un humo espantosamente hediondo.


Minutos más tarde llevé el “cadáver” de mi mascota al lugar donde seguramente ella hubiese querido descansar en paz… La ventana del cuarto mi administrador, a ver si abre la ventana la vieja chota de su mujer y se muere del susto.

Lula Laraña 2001-2002 (QEPD)

miércoles, 13 de julio de 2011

41- La frase de la semana


“En el sexo como en la música,  es tan importante saber usar los dedos y la boca, como tener un buen instrumento” (Vox Populi, creo...)

lunes, 11 de julio de 2011

40- Tecnológicos vs. Analógicos.

Hubo un tiempo que fui hermoso y fui libre de verdad, así reza una canción.
En una época maravillosa, increíblemente libertina, sin cara-libro (léase Facebook), sin msn, sin gps, sin celulares con cámaras de 800000000 mega-pinchilas pixeles, sin pelotudeces extrañas, esos nuevos gadgets que permiten encontrarte a toda hora y en todo lugar, que te escrachan en las situaciones más inverosímiles y te dejan en evidencia, haciendo de la trampa y la piratería algo más que un arte, algo casi cercano a una tarea imposible.
Antes las excusas tenían más credibilidad y cito ejemplos:

Antes:
-¿Dónde te habías metido? Te llamé a casa y me dijeron que habías salido volando –Pregunta tu estropaja.

-Perdón no pude avisarte, salí a buscar unos libros a la biblioteca de la facu, pasado mañana tengo parcial- Verso total salí cagando a jugar un partidito con los nenes, posterior asado, joda loca (locas incluidas) y knockout etílico.


Ahora:
-¿Dónde te habías metido? Te estuve llamando a tu celular y me manda a la casilla de mensajes.

- Es que estaba en la biblioteca de la facu, y después me fui a estudiar a lo de Pablo y me olvidé de prender el teléfono- Verso muy coherente si no fuese por que al pelotudo de Pablo se le ocurrió documentar el partidito con posterior asado, un par de fotos con las locas abrazándome, y una “perlita” mía besando el piso antes de desmayarme de la curda, todo esto con su I-phone, debidamente publicado en su perfil de facebook, con efectitos, varios “me gusta” y muchos comentarios.

Antes:
-Gordo, llegó tu resumen de tarjeta, mucho gasto ¿eh?-  Pregunta la estropaja indagando.

-¡Y si amorcito! Vos viste, libros, ropa para hacer deporte, el súper- Una mentira más grande que una casa. Todos los fondos se dilapidaron en telos, alcohol, cuerdas nuevas para la viola, más alcohol.


Ahora:
-Negro, llegó el resumen on line de tus tarjetas, muchos gastos éste mes ¿no?

-Y si gordita, entre las cosas de la universidad, el súper, pagarle a la empleada- Hermosamente plausible, si no fuese por que el celular, cada vez que compras te manda en cana, con el monto de la compra, el lugar donde compraste y en cuantas cuotas lo hiciste. Solo le falta poner una foto de la loca que se cuelga de tu cuello al momento de pagar.

Antes:
- ¿Qué hiciste anoche negrito? Después que me llamaste a casa a las once de la noche no supe más de vos.

- No quise joderte beba, nos quedamos viendo unas películas en lo de Mati, vos viste, después de lo del corte con su novia está medio sensible y no quiero dejarlo solo- ¡Que cintura para mentir por Dios! La realidad nos vio a Matías y a mí en un telo después de las once de la noche junto a un par de locas que conocimos en un pub a las diez de la noche.


 Ahora:
-¿Qué hiciste anoche negrito? Después que me llamaste a casa a las once de la noche no supe más de vos.

-Nada del otro mundo, me quedé haciéndole la gamba a Matías, desde que cortó está medio sensible, así que vimos películas y nada más- ¿Alguna vez escucharon ésta excusa por demás coherente y sencilla? Muy creíble si no fuese por que en el registro de llamados de tu Estropaja quedó grabado el número y la zona de donde la llamaste, justo a la vuelta del telo…

Y esta es, hermanos míos, la manera que tiene la tecnología para mandarnos en cana antes que podamos revertir la situación. Nuestras medias naranjas aprendieron a hacerse amigas de nuestros amigos en el cara-libro solamente para poder seguirnos los pasos más de cerca, y nuestros detalles de cuenta súper detallados nos delatan sin que tengamos derecho a réplica.

Y llegará ese día que la tecnocracia domine el mundo como lo conocemos, que con el pago on-line podamos comprar hasta un par de porros, o no podremos tirarnos un pedo sin que nos llegue un resumen por emisión de gases nocivos, pero será, se los juro por lo más sagrado que tengo (ustedes crean lo que quieran), que cuando ese día llegue mis viudas seguramente estarán, algunas llevando flores y lágrimas, y otras escupiendo mi tumba.

viernes, 8 de julio de 2011

39-Díganme(N) que no soy el único imbécil que no sabía que…


Los diestros viven en promedio nueve años más que los zurdos. (¡Ja ja! Que se pudra Flanders)

En Italia no se puede sacar el registro de conducir sin saber andar en bicicleta (en Italia no me dan el registro ni por intersesión de San Pirata)

El animal mas dormilón es el Koala, duerme 22 horas por día (igual Fede marco casi 26 horas después de un finde non-stop de carnaval norteño)

Los elefantes son los únicos mamíferos que no pueden saltar (por que el que hizo este descubrimiento no conoció a mi ex-suegra)

Los delfines duermen con un ojo abierto (Pablo, cuando se emborracha duerme con los dos ojos abiertos, es un espectáculo espeluznante)

miércoles, 6 de julio de 2011

38- Guille


Si Guillermo no entró en esta historia todavía, no es por que careciese de importancia nuestra amistad, todo lo contrario, si no que se trata de una amistad que se hizo de la noche a la mañana (literalmente), y tratar de llevar esto al papel (o al Word), fue una tarea que me llevó más de una noche de borrachera, siendo la borrachera misma, la que repelió mis intentos con relativo éxito. Sabias palabras las de Pablito que aconsejan dejar la computadora cuando no se pueden distinguir las letritas, o cuando la curda que tenés te lleva a llamar a tus ex novias llorando a horas preocupantemente insalubres de la madrugada.

Hasta ese momento con Guille, solo habíamos compartido un par de partidos de fútbol y unos cuantos asados, nada trascendente, me caía bien y le caía bien (creo).

Así fue que, en circunstancias de un viaje allá por el año… (ehhhh, uf!), habíamos llegado muy tarde con el grupo deportivo que viajábamos (si salames, alguna vez en mi vida hice deportes), y a la gente del hotel que nos alojaba no se les ocurrió mejor idea que hacinarnos a todos en solo dos habitaciones.

Nenes malcriados como éramos todos, cada uno eligió una cama y se acostaron sobre las mismas, dejando en bolas a los imbéciles que venían rezagados. Y… ¿A que no saben ustedes quienes eran los boludos rezagados? Si si, Guillermo y yo.

No nos habíamos dado cuenta de nada hasta que terminamos de acomodar nuestros bolsos, lo recuerdo como si fuera ayer, me di vuelta y Guillermo y yo cruzamos miradas, el hizo un ademán con la cabeza señalando la triste realidad, algo así como un cabezazo en el área chica: Solo quedaba una cama por ocupar.

Lo miré con recelo, como un cowboy apunto de desenfundar, con los ojos entrecerrados, el hizo lo propio. No hubo palabras en ese momento, solo la mirada de dos Estropajos con la incertidumbre, LA incertidumbre. ¿Qué hacer? ¿Dormir en el piso y amanecer con escoliosis? ¿Dormir juntos y amanecer deseando que ese dolor atrás sea producto de una escoliosis? La tensión se cortaba con el filo de una navaja, a la escena le faltaba esa pelotita de paja movida por la fuerza del viento, si hasta casi podía oír la melodía de “The good the bad and the ugly”.

Creo que fue en ese momento que Guille y yo empezamos a entendernos sin hablar, solo con la mirada, cómplice, esa que nos hizo zafar más de una vez.

Así dormimos una noche completa, mezquinándonos el culo, dándonos la espalda (uno nunca sabe quién se acuesta a tu lado…), cada uno en la punta. La mañana siguiente dio paso al desayuno, la competencia y el  aliento mutuo, desde ese momento entre el zángano de Guille y yo nació una amistad sin condicionamientos, leal y permanente. Solo espero que en mi inconsciencia nocturna (y mis hábitos de cama) no nos hayamos hecho cucharita. De todas formas no hay fotos, así que puedo negar lo que sea sin que se me mueva un solo músculo de la cara…

Meses más tarde Guille me comentaba, ferne’ mediante, que había oído por ahí que si dormís con alguien de tu mismo sexo, o despiertan muy amigos o demasiado maricas. No tengo nada contra le gente homosexual, pero gracias a Nuestra Divina Señora de la Promiscuidad que nos hizo tan, pero tan amigos.

Jodas, trampa, borrachera, escapadas, complicidad, pero por sobre todas las cosas amistad.

Hoy brindo por eso, por ustedes, hasta el desmayo etílico… Los que están desde mi infancia, los heredados, los de mi adolescencia, los que son de verdad y los que vendrán ¡Salud amigos!

martes, 5 de julio de 2011

37- Diálogo III




-Estropajens… Una pregunta ¿Dónde compraste a Lula?-

-Me la trajo un veterinario amigo. Pero boludo, tu novia odia los bichos, si te compras una araña, ehhhh no se, vos fijáte- Le comenté a Matías, tratando de persuadirlo, ya que su novia-grillete lo iba a mandar a volar.

-Si, ya se, pero estoy empezando a pensar que cuando corte con esta degenerada de mierda voy a comprar una tarántula y una iguana salvadoreña, para no extrañarlas, a ella y a la trola de mi suegra.

Contra fundamentos tan sólidos no se puede ir. Semanas más tarde como lo había predicho, Mati se compró una tarántula aphonopelma seemani. Le duró poco, a su madrecita casi le da un infarto masivo, y la tuvo que sacrificar. Bah! el encargado de ese trabajo sucio… Fui yo.


martes, 31 de mayo de 2011

36- El Estudiante


La mano venía pesada en la facultad, iba en caída libre, y con pocas ganas de remontarla, sentía que me faltaba ese plus-ultra de las primeras épocas, plus que me preocupaba, ya que no sabía qué podría ser y ponía en peligro mi continuidad en la universidad.

Como ya se habrán imaginado, la respuesta venía de la mano de una mina… ¡Y que mina!
Ilse era estudiante de pos-grado, alemana, grandota (fghhhhhhhh!!!!), y con una carita de turra que partía la tierra.
Cuatro en español, ocho en inglés y… no se… once, catorce, sesenta, mil quinientos en el universal lenguaje de las manos (sobre la humanidad de otro).  
Le gustaba tanto la joda, como a mi salir de joda con ella. Cervezas iban, arrumacos venían, y la jauría se desesperaba por tirarse encima de la blonda belleza europea.
Después de un par de días de trabajo “sucio” (o chamuyo barato si se quiere), la teutona/tetona, accedió a un revolcón de proporciones épicas.
El drama se suscitó cuando, entre pucho y charla post-coito, se enteró de mis calificaciones, poco atractivas para un alumno en segundo año con aires de sábelo-todo.

-Vas a tenerrrrr que hacerrrrr algo con istas calificaciones niño- Dijo con su tonito de oficial de la SS que tanto temor me daba. (Y el hecho que me dijese niño realmente me provocaba nauseas).

-Si, verdad, pero me falta un incentivo, algo para poder empezar a tomar las clases con más ánimo- Le dije así, como al pasar- Algo surgirá seguramente.

El incentivo vino de ella, y el juego (o intercambio) era el siguiente: Una bolilla estudiada por un polvo…

Ese semestre termine regularizando todas mis materias, y aprobando buena parte de los finales, algunos en Julio mismo y el resto en Septiembre.

Nunca supe si era familiar de algún jerarca nazi, pero que me tenía cagando, me tenía cagando, solo le faltaban las botas de montar y el látigo sostenido por un guante de cuero.

martes, 17 de mayo de 2011

35- El ataque de los clones (musicales)

La música y yo, ese amor incondicional que nos tenemos con mis guitarras es algo que trasciende lo meramente musical. La música y mis locuras me costaron más de una mujer, más de una materia de la facultad y más de una resaca marca Acme, entre tantas cosas que perdí por hacerme el “guitar hero” por unas cuantas horas en algún pub de mala muerte, o en alguna sala de grabación montada apenas y revestida de cartones para huevos, así austeramente, pero dentro de ese tupper, yo me sentía Hendrix.

Una tarde de esas, volvía de la facultad con ganas de tomarme una coca helada, bañarme y dormir hasta el próximo solsticio de primavera, cuando de repente y en medio del tráfico invernal suena el celular:

- ¡Estropajo herrrrrrrmano!- se escuchaba  a Pablito demasiado entusiasmado, y eso solo podía significar dos cosas: Trolas o música.

-¡Pablín! Decime…

-Tengo el dato de una banda que quiere zapar ésta tarde con nosotros en un estudio que conozco, ¿Vamos a tocar alguito?

- ¿Qué onda ché? – pregunté queriendo interiorizarme del estilo de los nuevos nenitos.

- Metal al palo hermano, estos tipos son los herederos de Metallica…- Y se lo escuchaba de verdad entusiasmado, tanto así, que me pegó el entusiasmo a mi.

La idea de hacer metal, con una banda nueva, con semejante crítica por parte de Pablito era más que prometedora, la tarde pronto se transformaría en una mini-sesión de “Monsters of Rock” Live in Estropajolandia.

Llegué a casa, me pegué una ducha (por decir ducha, fue casi un remojo), me cambié, me puse perfumito (no vaya a se cosa que asistieran groupies), y salí raudamente a la dirección que me habían dado.
Ya en el lugar, me presentaron a los “metaleros”, medio jovencitos, diríamos que en plena “edad del pavo”, granos incluidos, empujones entre ellos y chistes estúpidos con las voces a volúmenes insanos (así era de pelotudo yo cuando era pendejo). Pero debía haber anticipado que algo andaba mal cuando le vi la mochila al primera guitarra…la misma tenía un logo que rezaba “Boyz II Men” (ah?). “Debe ser de la noviecita”, pensé mirando a las nenas también en plena revolución hormonal vestidas con sendos uniformes de colegio, los metaleros de alma en esa época no llevábamos ni mochila, nos bastaba un par de púas en la billetera y seguramente algún amigo anfitrión de turno iba a proveer el resto de las cosas, incluída la guitarra en su casa, los precios de aquella época eran más accesibles que ahora y comprar una viola (aunque fuese coreana) no era tan inalcanzable…

Entramos, calentamos los dedos un ratito, y le metimos, ellos nos habían pasado unas hojas manuscritas, con las notas escritas arriba de cada sílaba (como los cancioneros de folklore ¿?). Las letras eran en castellano, manuscritas como estaban (escrito como el orto, errores de ortografía incluidos), no se distinguía muy bien, salvo un “te extraño nena”, “mi amor por vos” o “vuelve a mi”, la cosa se empezaba a poner oscura, oscura como la tarde.
Intenté ponerle un par de riffs con fuerza, con el amplificador al taco, algo interesante, dinámico, pero la batería no ayudaba, y el bajo ni hablar, la voz me resultaba un tanto melosa, no me cerraba para nada, hasta que le vi la muñeca al cantante, un accesorio inconfundible, con orígenes meramente poperos, si si, LA PULSERA VERDE FLUO.

Las pulseras son parte de la idiosincrasia del pueblo, y absorben las características del grupo en cuestión, tal es así que ningún metalero, jazzero, o blusero que se precie de tal, en la puta vida se pondría una pulsera de color verde fosforescente, llegado el caso lo haría si quisiese correr el riesgo de ser violado repetidas veces por los seguidores de La Renga.
Miré a Pablito con cara de rabia, le quemé la cara con la vista. Ahí estaba yo, tratando de seguir un temita empalagoso y tristón, mientras a mi espalda un clon de Ricky Martin torturaba el  micrófono con una cursi declaración de amor.
Después de dos horas de martirio pop, salimos con Pablín del estudio, tenía ganas de matarlo, de torturarlo lenta y dolorosamente como habían hecho conmigo durante interminables cientoveinte minutos.

-Sos un reverendo hijito de puta- lo ajusticié monocorde, mientras subíamos al auto.

-Te juro que no sabía nada, me habían dicho que eran metaleros de los buenos. ¡Que clavo boludo!- la desilusión se le sentía en la voz a mi amigo.

-Sos un pajero, la próxima vez, te mato…-Y me prendí un pucho para dejar que la bronca se haga humo.

Le dí arranque al auto, y encendí el estero, Pablito buscaba en la guantera algún cd para descomprimir. Encontró uno que Paula dejó abandonado a su suerte y que no había vuelto a oír desde que habíamos cortado, mi amigo pensó que este disco calmaría mi idiotera, no lo hizo.

Volvimos a mi depto escuchando Alejandro Sanz, y yo con los oídos en off.

viernes, 13 de mayo de 2011

34- Sin principio ni final


Ya después del segundo vaso empecé a aclararme la vista en el boliche, detestaba la música que pasaban, pero la banda que iba a tocar era de gente muy amiga y había que cumplir con un par de temas para acompañar.
A menos de metro y medio de distancia un escote me hipnotizaba y me llamaba a la barra:

- ¿Se puede saber qué carajo estás mirando?

- Tus labios, son tan, pero ¡tan sensuales! –Verso total, no podía sacarle la vista de las tetas, ¡y qué tetas! (insértese aquí un ademán, como si estuviese llevando dos pomelos rosados apretados a la altura del pecho).
Se dio vuelta y no me dio ni cinco de bola, con la pelota todavía en los pies contraataqué por el centro del área:

- Mejor si me das la espalda. – Le perforé el oído.

-¿Ah?- Se dio vuelta y me miró como sin entender.

- Mejor si me das la espalda, por que tus labios serán sensuales, pero tu culo es algo de otro mundo – Y en ese mismo momento me di cuenta de la barbaridad que había cometido y hasta había cerrado los ojos para amortiguar el cachetazo.

-Sos un boludo, ¡ja ja ja! – Comentó y se sonrió. Uno a cero para el Estropajo pensé, y decidido a no perder la ventaja le pedí un trago y me senté a charlar.

Hacer del levante un arte, es algo que jamás pude, a decir verdad, en el pozo sin fondo de mi memoria hay guardados más rechazos que noches de éxito total. Lo que para algunas personas era normal, casi hasta como respirar, a mí siempre me costó un huevo, siempre remando como campeón olímpico, siempre peleándola como gato panza arriba, era por eso que cuando las cosas se daban de forma relativamente sencilla, no podía darme el lujo que la chiquita se me escape.
Las cosas empezaban a ir viento en popa, la señorita en cuestión, de la cual solo me acuerdo el par de lolas y esos ojazos negros que me volvían loco, ya había empezado a aflojar a punto tal de un par de besos y una visa sin fecha de expiración para mis manos sobre su humanidad. Justo en el momento de firmar los papeles los chicos empezaron a tocar y subí a hacer unos temitas. En medio de la tocada veo a mi bichito de turno charlando con una flaca que se me hacía conocida, pero chicato como soy, no pude distinguir más, y simplemente deje de darle bola.
Al bajar fui a reclamar mi premio con la nenita del escote travieso, y recibí mi premio, en realidad el que me había ganado antes de los besos, si señores, un cachetazo que ni el mejor boxeador del mundo hubiese podido asestar.

Lo único que alcance a oír fue un: - “…jo de put…”

Y ¡Paf! El resplandor típico de un flash, después de recibir un golpe de proporciones mayúsculas.

Y la hinchada alrededor de la barra…: -“¡UHHHHHHHHHHHHH!”

Aún con las neuronas rebotando de acá para allá, y el fernet queriendo escapar por un lugar que no le corresponde, empecé a levantar hervor.

-¡¿Qué carajo te pasa flaca?! – No podía ni fijar la vista, ¡Qué hermosa cachetada me clavó!

- ¡Sos un desgraciado, un imbécil! ¿Cómo le podes hacer eso a tu mujer?-  y con esa pregunta me terminó de desacomodar.

- Yo no soy casado ¡Boluda!- le dije intentando no levantar de manera violenta la voz.

-Vino tu ESPOSA, y me dijo que habías dejado a tus hijos en casa para venirte de joda ¡Sos un desubicado y un hijo de puta! ¡Encima está de dos meses!- Y fue ella la que levanto la voz en forma violenta, si hasta imagine que venía la réplica de su mano izquierda buscando el knockout.

- Te repito que no soy casado, calmate por favor, y decime ¿Quién te dijo eso? – Pregunté intrigadísimo.

-La morocha que está saliendo por aquella puerta- Y señaló a una flaca vestida de jean y camisita que salía por la última puerta del pub, decidí salir cagando, en medio de las carcajadas de la popular que había presenciado el hecho, a buscar a mi flamante esposa.
Segundos más tarde le dí alcance, con la vista algo más compuesta, pude distinguir a mi “mujercita”:

-Paula sos una hija de puta- Le dije tratando de contener las risas, es que la situación me pareció de lo más cómica, además, la jugada le había salido brillante.

-¡Vos sos el hijo de puta! ¡Te cogiste a mi hermana, desgraciado, stronzo di merda!- Me escupió a centímetros de mi cara
Y fue en ese momento que perdí los estribos, los estribos, la montura y el caballo completo…

-Yo no me cogí a tu hermana, ¡tu hermana me violó a mi!- Y se lo tuve que decir.
Casi instantáneamente vino el tan temido cruzado de izquierda de mi ex estropaja. En ese momento sentí que me iba a desmayar, dos cachetazos en menos de cinco minutos, eso tenía que ser algún tipo de record.

-¡Uy gordo, perdonáme! Se me fue la mano- me dijo preocupada, o por lo menos eso recuerdo que dijo- ¿Estás bien?

-No, no estoy bien, quiero sentarme antes de desmayarme, vamos a ese barcito- Y nos sentamos en la vereda de un bar.
Antes que pudiese reaccionar, ella ya había pedido (casi por acto reflejo) un fernet para mí, y un “Cuba libre” para ella. Y así fue como nos quedamos charlando, ella pidiendo disculpas por querer arrancarme la cabeza de un zurdazo y yo pidiendo perdón por haberme llevado a su hermana al polvódromo.

- ¿Se te pasó lo del golpe negro?- preguntó después de un par de vasos, todavía preocupada.

- Si, no te preocupes, casi como que me lo merecía.

-¿Casi?- incredulidad total.

-Si, casi, a mi manera de ver vos y yo ya somos algo más que un par de conocidos, y la flaca de hace un rato tenía grandes chances de terminar en cama conmigo.

-Mira, te salvé de una buena, esa flaca sin sabor no me llega ni a los talones, así que a mi manera de ver las cosas, te salvé la noche.

-El resultado sigue siendo el mismo, no hay sexo esta noche. A menos que vos…- ¡Y si! No pude evitar tirarle la jauría encima.

-Mmmmm, no, hoy, no…-Sentenció, luego vino el silencio incómodo,  un par de tragos para dejar pasar el tiempo, y siguió. – Me están empezando a asustar nuestros encuentros ¿A vos no?

-Mmmmm, no, a mí no me asustan en lo más mínimo, pero dejemos el boxeo de lado, por que ya veo que mañana el ojo se me va a poner negro…

martes, 3 de mayo de 2011

33- Los rompebodas.

El estado de inacción en el que me encontraba era jodido, lo de Paula me había afectado demasiado, y eso causaba preocupación a los nenes, a punto tal que Pablito, meses después, me confesó que pensaban que me iba a volver célibe.
Estábamos estudiando de muy mala gana, cuándo Fede tiró una idea que se propagó como un incendio en una fábrica de polietileno.

-Tengo el dato del casorio de una amiga de mi prima esta noche. ¿Vamos?

Colarse a un casamiento, yo creo que desde el más humilde de los estropajos hasta el presidente/a de la nación, alguna vez sintió la incontenible tentación de colarse en un casorio, chupar gratis, bailar hasta perder el sentido de la orientación y si se puede entre carnaval carioca y trencito al ritmo de los Decadentes, levantarse a alguien decente para una sesión de un-dos ultraviolento.

Y así fue que cerca de las dos de la mañana  estábamos todos arriba de mi auto, yendo a un casamiento en el cuál la única persona conocida era la prima de Fede (conocida por Fede, los demás, ni idea teníamos).

Entramos (increíblemente por la puerta principal de nuestra aristocrática sociedad rural), bebimos, comimos y bailamos. Bailé con la novia, quien pensó que yo era amigo del novio, me tomé un fernét con el novio quien pensó que yo era un primo lejano de la novia, abrazamos a los padres de la novia (típico acto morboso de Matías). Y yo terminé a las cuatro de la mañana definitiva e irremediablemente caliente con una flaca adornada con un vestido ajustado, de espalda descubierta y el tajo más largo del que la historia tenga registro.
 Estuvimos juntos el resto de la noche, bailamos el tutá-tutá, traté de controlar mi irrefrenable deseo de seguir bebiendo (todo en pos de un buen desenvolvimiento físico), por todos los medios intenté hacer de la noche algo entretenido y de a poco me fui olvidando de mi flamante ex-estropaja.          
Algo había en su mirada que me provocaba tranquilidad (y ganas de volteármela), era una de las sonrisas más hermosas de la fiesta, estaba conmigo y yo no tenía planes de que se me escapase semejante bomboncito.
Rondando las cinco de la mañana me ofrecí a llevarla a su casa, con todo el repertorio preparado para darle caza en el camino. Plenamente consciente de lo que se le venía encima, la señorita aceptó y desfilamos dando pasitos (ella de baile, yo de borracho) hacia la puerta. Me adelanté para abrirle la puerta del acompañante, y ya mis oídos empezaban a descansar del estruendo de la música que todavía retumbaba de fondo, cuando me dijo:

- La verdad que no me esperaba esto de vos – dijo con su carita medio desteñida de maquillaje.

- ¿Qué cosa amor? – pregunté intentando disfrazar mi borrachera.

- Que no te dieras cuanta en toda la noche que soy la hermana de Paula – y no pudo resistir la carajada.

-¿Ah? – La noticia me dejó petrificado, cómo se podía ser tan imbécil…
Y agarrándome de la corbata me puso bien pegado a su cara, y sentenció:

- Te pusiste lindo guacho, ahora que ya no somos familia.

Y se subió al auto. Mientras daba la vuelta me pregunté a mi mismo. “¿No me estaré volviendo demasiado promiscuo o demasiado hijo de puta para hacer estas cosas?”
Al momento de poner las llaves en el arranque encontré la respuesta en el beso de la hermana de mi ex novia… ¡No, todavía no!