jueves, 1 de noviembre de 2012

74- Rock n’ roll all nite



Cuando era un pendejo de catorce, soñaba con ser rockero. Un artista talentoso, sexy, irresistible. Mis ideales eran Jim Morrison y Kurt Cobain, y para ello estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario.
Conocí al Lagarto en la fiesta de quince de una amiga, tenía 24 años, pesaba 43 kgs, era completamente lampiño, no había terminado el secundario y no trabajaba porque era músico y porque sus padres lo mantenían sin problemas.
Nos hicimos amigos por que de casualidad había escuchado que estaba aprendiendo a tocar la viola, y el no se resistía a ninguna conversación en la que estuviera una guitarra de por medio, a parte porque era un fanfarrón de cuarta que le encantaba darse corte diciendo, cada quince minutos, que tocaba en una banda de metal. Además pegamos onda porque yo sabía quién era Hendrix, odiaba el pop y tenía una flamante Gibson Les Paul.
Empecé a frecuentar el lugar de ensayo de su banda, que, por respeto al resto de los chicos no voy a pronunciar su nombre. No era fácil seguirle el tren de salidas a los pibes, en primer lugar porque tenía catorce años y me tenía que escapar de mi casa bajo la seria probabilidad de que a la Galle le agarre un infarto o mi viejo me de la cana por ahí y me rompa el culo a patadas. Las salidas solían ser poco variadas: Tomar cerveza en la esquina con los vagos, tomar heavy metal (vino blanco + sprite + azúcar) en el bar de un amigo y dos veces por semana tomar vino de cajita en el ensayo de su banda. En pos de conseguir aprender un poco soportaba estoicamente los riffs carentes de armonía y ajenos al más mínimo sentido del ritmo que El Lagarto, Yanni y Jóse le arrancaban a sus guitarras indefensas.
La banda nunca había hecho un show en vivo, pero aún así El Lagarto actuaba como un verdadero rockstar decadente: trataba como el orto a las minas, le contestaba mal a la madre, no dormía y nunca quería usar remera, un verdadero pelotudo
En octubre de ese año, la banda consiguió su primera fecha en bolichongo de mala muerte a 10 kilometros de donde yo vivía. Los muchachos se pusieron sus mejores remeras (una de Sepultura, una de Megadeth y una con la cara de Iorio), sus cinturones con tachas cuadradas y sus pantalones más ajustados. Fuimos en bondi. Yo cargué los platos del baterista y llené botellas de gaseosa con cerveza. Me sentía el productor del evento, el manager y el plomo de la banda.
El show fue espantoso. Horrible, horrible. Lo peor que escuché en mi vida, pero ellos le pusieron pasión. El Lagarto se sacó la remera al segundo tema, escupió en el piso y yo… en ese instante me dí cuenta de que era un imbécil.

Soporté como pude el resto del recital tratando de no hacer arcadas.

- ¡Sonamos increíble, la rompimos! ¿Viste qué grosssso? ¡Metal! – Dijo, medio en trance.

- No, la verdad que no, Lagarto, sos malísimo, te lo tengo que decir. Es de lo peor que escuché en mi vida, después de la cumbia.

- ¿Pero vos estás loco, pendejo? , no sabés lo que es el Rock…

- Bueno, me imagino que vos la tenes clarísima… además nunca entendí por qué mierda te dicen El
Lagarto.

- Por Iggy Pop, pendejo, encima de pendejo, boludo e ignorante- Dijo desencajado

- Eh… pero Iggy Pop es La Iguana…- Contesté tratando de contener la risa


- Andate a la mierda.

Esperé a que se hiciera de día para tomar un bondi de vuelta, aliviado, escuchando un cassette de Los Beatles en el walkman. Al Lagarto nunca más lo volví a ver, hace unos meses me enteré que tuvo un mal viaje con pastillas y se tiró por la ventana pensando que, además de ser buen músico, podía volar.
Hoy tengo claro que la música no es eso, que el hábito no hace al monje, y que para plagiar apodos, mejor es uno erróneamente puesto (punto para El Lagarto).

miércoles, 24 de octubre de 2012

73- La Galle



Que decir, la Galle, es… ess, es la mujer mas tierna del mundo, al margen de ser mi vieja, es única en su tipo, una cocinera de la hostia, amante de la buena música, y del buen vino, fumadora empedernida, hincha del club de mis amores, adoradora del boxeo, estricta y jodida como la puta madre. Pero la adoro con toda el alma.
Mi vieja siempre tuvo cierta falta de coordinación con mis relaciones interpersonales (bah! con eso, con mis gustos musicales, mis deportes, mis estudios…), a saber: Cuando vino María no le gustaba ni un poco, a la mierda María, después vino Paula, pero no le cayó bien, porque María era más amorosa, y a la mierda Pauli, meses más tarde Guadalupe le pareció un verdadero crimen por la edad, mientras que  Pauli era un amor de mujer, y a la mierda Guadi. Así que cuando mi vieja me preguntó cuando iba a llevar a casa a Irina, empecé a experimentar mareos, vértigo, sudor frío, embarazo psicológico y ese tipo de cosas.

Me pareció lo ideal llevar a Irina a casa el domingo del día de la madre, por que me iba a sentir más protegido con mis hermanos en casa (no tengo ni puta idea por que se me ocurrió pensar semejante idiotez). La fama de la Galle era tan grande, que me vi en la obligación de negociar/advertir a Irina:

-Si me acompañas a lo de la Galle te dejo elegir las películas del cine de tres semanas – Arranqué convencido.

- Apa! Parece que es un temita complicadito… ¡Te acompaño porque te quiero nomás! – sonrió, y los cachetes se le pusieron colorados (pobre).

- ¿Así nomás? ¿Sin pedir nada a cambio? – Dije finalmente

- Trata de fumar menos, y comer más sano, con eso me doy por satisfecha. ¡Y si! Tengo ganas de ir a ver la última de Ricardo Darín al cine – concluyó, y hasta estuve a punto de decirle que deje nomás, pero estaba decidido a presentarle a Irina a la Galle, aunque eso me costase un par de horas de ronquidos en el cine.

-¿Querés saber qué le compre?

-¡Claro! Contáme.

- Un dvd de peleas clásicas de boxeo y un disco de música flamenca.

- ¿Ah?

- La Galle es una persona ecléctica.

Llegamos a casa, y mamá estaba en la puerta, regando las plantas de la entrada (esa verde debilidad).



Galle
- ¡Bebé, llegaste!... Ah ¿La trajiste a ésta? Hola, querida – dijo, haciendo ese ademán con la nariz, que solo ella sabe hacer.


Irina (abrazadola…)
- ¡Señora Galle! ¡Feliz día!

Galle (soltándola…)
- Pasa bebé, tengo cosas que contarte.

Nos sentamos en el living, la galle trajo café para los tres, más un alikal con un vaso grande de agua con gas, hielo y limón para mí (recuerden que era domingo a la mañana, como me conoce esta mujer ¡por Dios!)

Galle
- Escuchame, bebé, disculpame que me meta, pero hace unos días hablé con Guadita, me dijo que ustedes habían vuelto y ahora me traés esta chica… ¿no te parece que me tendrías que explicar? Te dije que esa chica no me gusta para vos, y además no entiendo nada, ¿qué hace esta chica acá?

Irina
?!

Estropajo
- ¿De qué hablás, mamá?

Irina
¡Decile a tu mamá que no me diga más “esta chica”!!

Galle
- Explicáme qué pasa acá, ¿esta chica es tu novia?

Estropajo
- ¿Guadalupe te dijo que habíamos vuelto?

Galle
- No, no, bueno, me  dijo que están volviendo, de a poco, por eso me resultó raro que trajeras a esta chica… Estemmm Eliana, ¿no? ¿Vos sos la novia del nene?


Irina
-Irina sí ¡No sé si soy la novia!

Estropajo
- No te puedo creer… No solo no volví con Guadalupe, sino que le dije que no quiero que me hable más. No tenés que hablar más con ella, mamá, por favorrrrr, ¿qué hacés contestándole el teléfono?


Irina
- Negro…no pasa nada, no le des bolilla, son cosas que pasan.

Galle (en susurro de mentira)
- Mirá, tesoro, no me quiero meter, pero me parece que antes que esta chica es mejor Guadalupe, por lo menos es simpática.


Irina
- Señora Gallega, no me diga más “esta chica”.


Galle
- Bueno… Es medio idiotita también, ¿no?

Estropajo


Irina
- Negro, ¿no pensás decir nada?

Estropajo
Me siento mal, me quiero ir, me siento mal. El café está demasiado dulce. Las macitas no me gustan, estoy muy nervioso. Amor, me quiero ir.


Irina
- …pero mirá que las macitas están buenísimas, eh… ¿Seguro no los querés  probar? ¡Mirá qué rico!

Galle
- Cuidado que engordan corazón…

Estropajo:
- No, no, es demasiado, me quiero ir, la voy a matar a Guada, qué desubicada.


Galle:
- Es que mi bebé no sabe elegir mujeres…

Irina:

- Una copa de vinito, ¿Tendrá por ahí doña Galle?

jueves, 11 de octubre de 2012

72- Diálogo



- Che... tenemos que hablar mejor, decir menos palabrotas.

- Puta madre, tenés razón.

- En serio, yo no decía tantas malas palabras, se me pegó de vos, desde que me vine a vivir a Estropajolandia.

- Uh, qué cagada.

- ¡En serio te lo digo!

- Perdón, soy un boludo.

- Dale, ponete las pilas y tratemos de hablar con más corrección.

- ¡Pero la putísima madre! ¡Ya te dije que si, no me rompas más los huevos!

71- La frase de la semana



“Todo el mundo debe creer en algo… Yo creo que voy a tomar otro vaso” (El Estropajo, tomado de alguien que también toma)

martes, 19 de junio de 2012

70- Buena suerte y hasta luego II. Llegó Irina, pongan los fideos…



Debo confesar que la primera impresión que Irina se llevó de mi, no fue la mejor. Para aquellos que buscan tips de levante (cosa que acá no van a encontrar ni a palos), una de las pocas cosas que puedo decirles es “NO LE PIDAN IR AL BAÑO A CAGAR, EN SU CASA, NO EN LOS PRIMEROS TRES MINUTOS DE CHARLA”. Pero así fue, ella abrió la puerta, le di un beso, y a solo unos minutitos de charla trivial tuve que hacerle la pregunta: “Perdoname, me prestas tu baño?”
No hay que tener el coeficiente intelectual de Albert para darte cuenta que si tu interlocutor te pregunta esto, con tanta desesperación, a los pocos minutos de llegar a tu casa, no es por que quiere higienizarse las manos con alcohol en gel por miedo a la gripe A, es por que literalmente se esta cagando en las patas.

Una vez adentro del baño, y comodamente instalado en el inodoro, me puse a pensar… “Cómo mierda salgo de acá?”…
No importa cuán ingenioso seas, de esa no salís si no por la única puerta que existe, y dejando atrás un vaho delicado, semejante al que despide el cadáver de un elefante descomponiéndose al sol en plena sabana.
Lo que más me sorprendió fue la respuesta de Irina ante mi cara, esas que pongo cuando me mando una cagada (y qué cagada!):

-Jajajaja! Parece que nunca hubieses cagado en casa ajena- Dijo, y me dio un beso en la mejilla – Veni, vamos que ya tengo sed, y se me antoja un fernet...

Salimos dejando todo atrás, y yo solo deseaba dos cosas: la primera era que todo saliese bien con Irina, y la segunda era que ninguno de sus familiares se le ocurra  entrar al baño de invitados por un tiempo, mas o menos unos dos años…

jueves, 14 de junio de 2012

69- Buena suerte y hasta luego… (AKA intro a Irina)



Lo primero era configurar la cabeza en modo, salida… Salida con una mina. Eso implicaba tomar conciencia que tenía que bañarme, o tratar de no lucir como un linyera de la plaza, activar el filtro verbal y suprimir el uso de palabrotas (la putísima madre).

Me pegué una ducha, afeite lo que había que afeitar, recorte lo que había que recortar, y en eso que me secaba elegí la ropa que me iba a poner, tenía que ser algo sobrio pero juvenil, canchero pero no ridículo, sexy pero sutil, me tomé mi tiempo para elegir, aproximadamente cuatro minutos y medio.

Me subo al auto con un cuarto de litro de perfume encima, pero hay algo que me inquieta, el perfumado soy yo, pero el olor nauseabundo proviene de mi auto, así que decido que como tiempo es lo que sobra, voy a hacerle pegar una lavadita.

Llego al lavadero, y el flaco me eructa un seco pero amistoso “En media horita se lo tenemo’ lissssto maesssstro!”. Entonces tomo la decisión equivocada y pienso pa’ mis adentros “Ya que estamos le meto un super pancho para matizar la espera”.

Pago el lavadero, subo al auto y pongo Metallica al palo, canto a dúo con James el mítico “from whom the bell tolls”, y llego a la casa de la señorita puntual como un lord inglés, toco el timbre y en lo que estoy esperando sentí un retorcijón espantoso en la panza…

Y me agarró cagadera…

martes, 22 de mayo de 2012

68- La frase de la semana



“Los hombres casados somos mas gordos que los solteros, por que cuando éramos solteros, llegábamos a casa, veíamos que había en la heladera y nos íbamos a la cama. En cambio de casados llegamos a casa, vemos que hay en la cama y ¡nos vamos a la heladera!..” (El primer Estropajo casado del que la historia tenga conocimiento)

viernes, 11 de mayo de 2012

67- “La Escala Alcoholimétrica”




Nos hace ver mas lindos, nos sentimos mas fuertes y capaces, nos hace creer que somos John Travolta en plena fiebre de sábado a la noche (cuando lo cierto es que nos parecemos más a Stephen Hawking después de publicar la Teoría del Todo), las hace ver hermosas (aunque en realidad sean más feas que una tormenta de arena), nos hace “durar” más (guiño-guiño).

El alcohol es un asesino silente, o sea, te manda a la puta que te parió de a poco, cuando te queres dar cuenta tenes hígado graso, cirrosis, y no se cuantas podredumbres más, pero lo cierto es que mientras te va arrastrando a la tumba te va entreteniendo un poco.

Como yo siempre digo: “Una de las malas costumbres que tenemos los hombres es calificar a las mujeres por la cantidad de alcohol que necesitamos ingerir para poder soportarlas”. Lo dije tantas veces que a raíz de esto con los nenes surgió una especie de “Escala alcoholimétrica” algo así como la escala de Richter, pero más movidita, mas nauseabunda y con más faldas de por medio…

-Mujeres clase 1 (vaso de agua)
Está muy buena, tiene que estarlo, de la cabeza a los pies, bien vestida, perfume estimulante, buen físico, buena charla, dentadura completa y derechita. El tipo de mina a la que le entrarías literalmente con un vaso de agua mineral en el organismo.

-Mujeres clase 2 (cuatro vasos de birra helada)
Está decente, todavía huele bien y tiene algo de coherencia para vestir,  puede dejar  entrever una pancita medio descuidada (estilo tráfico de embutidos), pero ya estás medio desinhibido y con ganas de agitar el cuerpo en cualquiera de sus formas, así que lo dejas pasar.

-Mujeres clase 3 ( Dos botellas de birra o medio litro de ferné’)
Sigue bastante decente, le cuesta coordinar lo que se puso, y tenés tus serias dudas si lo que viste esa noche no estará lavado o el olor a chivo proviene de otro lugar, es probable que falte algún que otro premolar. Te sentís enfiestado y envalentonado, así que en este punto la tarea es un poco más para “valientes”.

-Mujeres clase 4 (Dos botellas de ferné’ o una de tequila o media de whisky)
En este caso la capacidad de elección esta condicionado al nivel de enfieste, la graduación de los anteojos y el horario. Evidentemente el nivel de este tipo de flaca (si tenemos suerte que sea flaca),  baja sustancialmente, podemos dejar pasar un aroma extraño, algo de comida entre los dientes, algún “peinado” extraño, etc.

-Mujeres clase 5 (una botella y media de José Cuervo especial o una de Jack Daniels)
Te cuesta mucho centrar la vista, así que no estás muy convencido si es lo que queres, pero ya la agarraste, y agarrar otra te va a costar un huevo y la mitad del otro, así que te quedas con eso nomás.

-Mujeres clase 6 (una botella de whisky mal destilado o diez cajas de vino de cartón)
Estado “Superman”, te sentís capaz de cualquier cosa. Y si… Para agarrar lo que agarraste tenés que ser capaz de cualquier cosa. El tipo de mina de esta clase son de las que te dan ganas de llamar a la perrera después de despertarte.

-Mujeres clase 7 (más de dos botellas de dudosa proveniencia, no testeadas bromatológicamente)
Te cuesta demasiado mantener los ojos plenamente abiertos, el ruido te parece ensordecedor, aunque estes en un velorio, o en medio de la pampa húmeda a las tres de la mañana, no sabes a ciencia cierta si lo que agarraste es de la especie humana (No recomendable para personas sensibles).

-Mujeres clase 8 (experimental)
A esta altura, y ya con tiempo adicionado al reglamentario: Si respira ¡mejor! 

martes, 24 de abril de 2012

66 – Rosana, la mojigata desatada



Rosana, vivió siempre un cuento de hadas, proporcionado gentilmente por una madre sobreprotectora a cagarse, un padre mecánico, castrador y carente de palabras cariñosas para con su hija, y una tonelada de libros infantiles,  películas de Disney y cuentos de príncipes azules y princesas oprimidas, en la espera del caballero que la salve, en la torre más alta del castillo más tenebroso, etc. Lo cierto es que nadie le contó a la pobre Rosi que el príncipe azul no existe (menos por estas pampas). La muy pelotuda de la madre nunca tuvo (aparentemente) una charla real con ella, no le enseño a discernir entre la realidad y la idealidad, la prueba y el error, la posibilidad de enamorarse, encarar un proyecto y trabajar de a dos para hacerlo funcionar, así que  la pobre Rosana se quedó todo el secundario esperando el beso ideal, con el novio ideal, en la noche ideal, con la poronga ideal y demás yerbas.
La universidad llegó y nada. Lo peor de todo fue que hasta más o menos tercer año de facultad la señorita seguía alimentando la esperanza a fuerza de películas absurdamente romanticotas y con exceso de azúcar.

Lamentablemente a ninguno de nosotros nos hizo caso:

- ¡Dale! Fijate como te mira, dale calce, así hay joda esta noche - Era una de nuestras frases recurrentes cuando iba a vernos tocar a algún lado.

-No seeeee – Típica respuesta.

- ¿Hasta cuándo vas a esperar para empezar a divertirte Rosanita? – Preguntó Pablito medio borracho y con el hilo de ferné’ colgándole de la comisura del labio.

- ¡Pero es que yo si me divierto! A mi manera, por que tampoco voy a andar por ahí con cualquiera – Sentenciaba generalmente dejando el tema por concluido.

- ¡Mirá Rosita! Cuando se te despierte el indio quizá sea tarde, haceme caso, no dejes pasar mas tiempo – Y era siempre yo el que terminaba por ponerse filosófico, más aún en estado de ebriedad-

El problema, quizás, fue que el gallo Pinto de Rosana mezcló barbitúricos con vino de caja y nunca se levantó a cantar para despertarle el indio. Hasta que un buen día a la chiquitita esta se le terminaron por romper los ovarios de tanta espera y a la muy temprana edad de veinticinco años decidió tomar el toro por las astas.
El desenfreno fue producto del encontronazo con un baterista de una banda de trash metal que fuimos a ver una noche, la flaca quedó obnubilada por su porte de chico malo, una mala mezcla entre James Dean (después del choque) y Shrek, nada más distante de la idea de príncipe azul, era más bien un príncipe… de las tinieblas:

-Negra, no vayas, no seas boluda, estos tipos no andan con jodas- Dijo Fede tratando de persuadirla.

- ¡Puta madre! Al final ¿No querían que empezase a vivir la vida? ¿Eh? ¿Ehhh? – La mina tenía sus argumentos.

- Si, peroooo… ¡Ma’ si! Vos andá y llamanos mañana para ver como te fue – Culminó Matías, y con esta frase la mina se fue detrás del batero de “Putrefacción”.

A decir verdad a mí no me llamó a la mañana siguiente, el “noviazgo” con “El Perro” le duró poco menos que mi actual sueldo, pero ya había probado las mieles de un sacudón un-dos ultraviolento, el drama que ante tan poca comunicación con los padres, la madre nunca tuvo la oportunidad de instruirla en el uso de métodos anticonceptivos…

miércoles, 18 de abril de 2012

65- Dialogo (AKA Zamba de mi desesperanza)



- Che, negro, el otro día me agregó Patricia al feibu.

- ¡Ufa!  Patiiiiito. ¿Te acordás de patito? ¡El mejor culo del colegio!

- ¡Y también de la escuela de arte! ¡Estaba más fuerte que la telaraña donde se balanceaban los elefantes! –Me comentaba Pablito dejando caer un hilo de baba-

- ¿Y qué es de su vida? – Pregunté por acto reflejo, francamente me importaba un pedo-

- ¿Y yo que mierda se? Lo único que hice fue mirarle las fotos.

- ¿Qué tal ese ananá? ¿Igual de bueno? – Ahora si preguntaba con interés-

- Francamente, no se…

- ¿Cómo que no sabes boludo de mierda?

- ¡No! Tiene subidas unas fotos de mierda, unos cuantos paisajes del norte, toda roñosa y soplando la quena…

- ¿Soplando la quena? Ahh bueee…

- No es lo que pensas, la quena de verdad, el instrumento. Con un poncho roñoso en la vereda de algún pueblo de Jujuy parece.

- Y tocando la quena…

- Si negro, toda despatarrada.

- ¿Y da para ponerle un comment? Así como…“Vení haceme un solo de quena mamita!”

- La verdad que no che

- ¡Pero era el mejor culo del colegio!

- Y de la escuela de arte también…

- ¿La quena? – Seguía sin poder creerlo-

- Si boló, la quena.

- ¡Mierda! ¡Que mal le hace el folklore a las minas!



viernes, 13 de abril de 2012

64- Tropecé de nuevo II



Enero de 2002, aeropuerto de Estropajolandia, yo estaba sentado de frente al ventanal que da a la pista de aterrizaje, café y pucho en mano, ya que en esa época todavía se podía fumar en espacios cerrados (que tiempos aquellos…)

Me tuve que acomodar bastante para ir a buscar a Pame, reencontrarme con la intragable de cuarta, cara de insatisfacción sexual de su tía, a la cual nunca pude caerle bien, solo para poder arreglármelas y convencerla de ir a buscar a su muy apetecible sobrina, hacer a un lado a los nenes, que en vísperas de fin de semana tenían todas las malas intenciones ingresar violentamente a mi cueva para una toma de rehenes (llámese rehén a don J. Daniels, el Sr. Branca y la señorita Corona), y hacerme el boludo con una invitación a un casamiento de unos primos segundos (sobrinos cuartos, vecinos lejanos, que mierda se yo).
Al momento del descenso de pasajeros, yo me paseaba por la puerta de salida esperándola, estaba como por el cuarto parucho cuando salió de la puerta de pasajeros.
Ni bien la vi debí suponer que algo no andaba bien, sus pelos ondulados sueltos, la cara de despreocupación (su famosísima cara de “todo me chupa un huevo”), ese cuerpo tan maravilloso, era tan ideal como una cerveza fresca una noche de verano, era demasiado bueno para ser cierto. Debí advertir que las cosas iban a resultar como casi siempre resultan en la vida de un estropajo sin escrúpulos: Como el orto…

Sacó las valijas, las tiró a la mierda cuando me vio, y me partió la boca de un beso, todavía sostengo que fue por eso que perdí el sentido de la orientación, los besos de los labios de una mujer siguen mareándome, lo hacen con mucha más contundencia que el fernet.
La dejé en la casa de la tía, y salí volando en mi Cumbancha, me di algo de tiempo para acomodar la caverna, sacar cosas en avanzado estado de descomposición de la heladera,  poner un poco de desodorante de ambiente, tirar a la basura ropa que no valía el esfuerzo de lavar y dejar el departamento apenas habitable por unas horas.

Pasé a buscarla pasada las tres de la tarde, con el baúl lleno de pelotudeces para beber y comer.
La tarde paso, como un huracán, como ella y yo nos merecíamos, como soy un perfecto caballero vamos a dejar los detalles al margen (no quiero tener que poner que cogimos como conejos y ese tipo de vulgaridades).
Terminado todo (por no poner “acabado” todo), yo ya estaba enamorado de nuevo, por la cabeza me pasaba vender hasta la viola para irme con ella a England. Estaba en medio de mis cavilaciones de imbécil enamorado cuando a la señorita se le dio por pegarle una pedrada en la frente a cupido:

- Que lindo que fue eso mi vida… ¡Qué pena que sea solo esta tarde!- Dijo.

-¿Ah?...

-Mañana llega mi marido- Remató haciendo gala de su olvido.

Al día siguiente, casi como si fuese la letra de algún tango melodramático y lastimero, de esos que escucha La Galle, la vi pasar. Si señor, la vi pasar a la percanta del brazo del maula que la alejó de mi corazón. Chan chan!

miércoles, 4 de abril de 2012

63 – Tropecé de nuevo…



Que una mina te rompa el corazón en algún momento de tu vida, es inevitable. Que la misma mina te rompa el corazón dos veces en distintas etapas de tu vida, es por lo menos curioso (y te hace sentir como un verdadero pelotudo).

Se llama(ba) Pamela, y durante toda nuestra secundaria me había roto la cabeza de buena que estaba. Durante ese periodo, del cual tengo pocas cosas interesantes para acordarme, estuvimos de noviecitos, hicimos un par de chanchadas, y después….Se mandó a mudar a Europa. Resulta que su viejo había conseguido un laburo más que redituable en Inglaterra. Y me dejó ahí, con la ñata contra el vidrio en el aeropuerto, viendo como un avión de mierda se la llevaba a la puta madre. Estaba enamorado, o lo mas enamorado que se pueda estar a los 16 años.

Diga lo que se diga, y a pesar de las pruebas irrefutables, nunca me había podido sacar de la cabeza a Pame. Era algo así como un trauma que me llevaría varias horas de diván desterrar (o varios litros de liquido elemento no esencial, u horas de juerga, lo que llegase primero).

Con el pasar de los años vino nuestra introducción al mundo de la informática, y con Pame nos habíamos puesto en contacto vía imeil, contándonos pelotudeces, como por ejemplo de lo bien que ella la pasaba en Londres, y lo extrañamente bien que la pasaba yo en este rincón olvidado del tercer mundo (que en esa época, 2001, parecía el último mundo), mandándonos fotos, en las cuales me mostraba lo buena que estaba, de hecho estaba increíblemente buena, boludamente buena. Más buena que viajar a Bariloche con un colegio de monjas, más fuerte que la casa del tercer chanchito.

Obviamente vía imeil el fuego cruzado y las amenazas de desmembramiento carnal, al mejor estilo Saw eran ya demasiado explicitas: “Te voy  a partir al medio” “Vas a terminar pidiendo auxilio” “No te salva ni el grupo GEOF” “Cuando vaya por allá vas a saber lo que es bueno” y ese tipo de cositas.

Hasta que un buen (?) día vía emeeseene:

Pame Dice:
. Hola, estás sentado?

Estropajo dice:
. Hooola Diosa, si si, qué pasó?

Pame Dice:
. En septiembre voy para allá… Y NO TE SALVÁS!

Entre otras yerbas eso decía la conversación, pero resulta que allá por septiembre al señorito Laden Bin y a sus muchachos se les ocurrió hacer el tráfico aéreo un poco más complicado que de costumbre, así que el encuentro se pospuso para el verano del 2002, momento de vacaciones, mucho sol, poca ropa, excesos de todo tipo y demasiado desorden hormonal…

miércoles, 28 de marzo de 2012

62- La frase de la semana



¿Por qué será que a la hora de cagar todo el mundo se pone a filosofar? (El Estropajo, en el baño. Todo un poeta)

martes, 27 de marzo de 2012

61- El Estropajo creciendo con amor II


 
Bueno, la situación era la siguiente, estaba yo, en la casa de no se quién, bailando un lento de moda a los once años con la mina más linda y trola de la escuela (no explico más, repasen el post anterior manga de vagos). La canción estaba en su punto álgido, y en ese momento siento como que Victoria me abraza más fuertecito. Miren: Si a los treinta y pico los hombres con “experiencia” no sabemos interpretar el errático lenguaje corporal de una mujer… ¡Imagínense a los once lo idóneos que éramos! Pero en ese momento sentí que era la oportunidad mandar todo el equipo al ataque:

- Estás muy linda hoy Mavi- Entiéndase María Victoria.

-¿Ah? – Por lo visto ella no entendió un pedo.

- Que estás muy linda- Insistí levantando la voz por sobre el “when you're close to me,i can feel your heart beat" de Phill Collins

- ¡Ah! Gracias- Dijo sin ningún tipo de entonación.

- Mira Mavi, yo gusto mucho de vos…- Frase solo para nostálgicos, ¡Un verdadero suicidio intelectual!

- Esteeem, mira, me pareces muy lindo peroooooo – Dijo monocorde.

- Pero ¿Qué? – Pregunté viendo como mis posibilidades se escapaban como De la Rúa en el helicóptero.

- En este momento me gusta mucho Carlitos, y estoy viendo si “se me larga” esta noche, si no hace nada, arreglamos para el lunes ¿Dale? – Inquirió como si se tratase de un turno con el dentista.

- Ehhhhh, bueno, dale.

Y no pude decir nada más, me limité a soltarle la cintura al momento que Phill soltaba la frase “wouldn't you agree, baby you and me got a groovy kind of love”, y me hice hacia atrás despacio, como quién deja un castillo de cartas y no quiere que el retumbar de los pasos lo tire.
Media hora mas tarde La Chueca se había puesto de novio con Carlitos, quien se pavoneaba con la codiciada presa de la mano por la casa.
Ese es el primer tropezón romántico del que puedo acordarme (sin contar el de mi maestra de jardín de infantes, y el de mi vecina de la otra cuadra, doce años mayor que yo).
No volví a intentar nada con La Chueca hasta que egresamos, pero volví a encontrarla cuando yo cursaba cuarto de secundaria, yo había dejado de ser enano, pero seguía siendo un imbécil, iba por la calle con los auriculares al mango, Phill Collins y Chris de Burgh habían dado paso a Kurt, James y Kirk y a algunos otros personajes de los que no voy  a hacer mención por temor a las gastadas:

- Estrop… ¡Eh! ¡So’ vo’! – Vociferó al oído sacándome los auriculares y atentando contra la salud de mi tímpano.

- Hola ¿Cómo andás?- Ahora el monocorde era yo, pero no por resentido si no por que no sabía quién puta era.
Sinceramente estaba irreconocible, un poco más grande, y no solo de edad, si no de anchura, y cuando digo un poco más grande, me refiero a unos veinte kilos, veinte kilos por cada pierna.

- ¿No te acorda’ de mi? ¡Soy La Chueca boló! ¡La Mavi! – Dijo agitando los brazos como si fuera a atajarle un penal al Diego.
Ahora si la reconocía, me tenté mucho de decirle “estás hecha poronga mami”, pero opté por actuar como un caballerito.

- ¡Cómo no me voy a acordar de vos! Estás divina – Mentiroso de orto.

- Que uniformecito de colegio cheto ¿Eh? Tas lindo pendejo. ¿ Te acorda’ como me querías voltea’ cuando estábamo’ en la e’cuela? ¿Eh? ¿Te acordaaaaa’?- y mientras decía esto movía la cabeza de adelante hacía atrás, como asintiendo, y yo no sabía si realmente me había visto lindo o se imaginaba el bife a caballo que la esperaba en casa para almorzar. Debo confesar que en ese momento sentí un poquito de miedo, tanto como para subirme en el primer bondi que parase en esa esquina, así me llevase a la mismísima mierda.

- Ehhhh, si, colegio… Mirá, justo me agarraste con poco tiempo, cualquier cosa nos vemos ¿Eh? – Y yo pensaba “por favor Diosito mandame un salvavidas, te juro que no me pajeo ni fumo nunca más”.

- Pero ¡e’pera! ¿Cuándo queré’ que nos veamo’? Así te llevo a mi casa – Sinceramente la idea de sexo con un personaje de ese calibre, a esa altura de mi vida, rozaba más con la idea de la zoofilia que otra cosa, así que justo al momento en que el inconfundible  freno del bondi sonaba a mis espaldas, y con un pie en las escaleras le dije:

- ¿Te parece dentro de unos cinco?

-¿Días? – Preguntó.

- ¡Si, si!- Dije, y nunca más volví a pisar esa zona de mi ciudad. Por temor a ser violado por Mavi, o peor… Ser devorado por ella.

martes, 20 de marzo de 2012

60- Estropajo creciendo con amor.




Se llamaba María Victoria, íbamos a sexto grado, y era una de las minas más trolas de la escuela. O sea, todo lo trola que se puede ser a los once años. Sus noviazgos solían ser tan efímeros como un pedo en una canasta, y como estaba más buena que tener hora libre, esta niñita solía tener una bandada de buitres en plena revolución hormonal dando vueltas por encima de su enrulada cabellera, esperando el momento en el que el noviecito de turno dejara el lugar vacío para poder reclamar una porción del botín.

En esa época yo era un pendejo de sexto, medio bajito (por no decir enano, ya que ese era realmente mi apodo escolar), pinta de boludo, estudioso a más no poder, cualidad que perdí en algún momento entre segundo y tercero de secundaria, olvidado en algún manual Santillana de historia, mezclado con discos de Nirvana o Stevie Ray Vaughan, pero bueno, eso es otra historia. Como les decía yo era un pendejo tarado de sexto, pero era parte del rebaño, de la comunidad, de eso que todos llaman “compañeros”, pero, ¿Saben que? Compañero son los huevos, cuando a María Victoria se le ocurría dejar a su noviecito por vaya a saber que puta razón, todos los demás pibes nos cagábamos a golpes para ver quien iba a ser el próximo en la ya larga lista de la queridísima “Chueca”.

Al momento de su ruptura con “Javier”, estábamos en una de esas reuniones de sábado a la nochecita en casa de algún padre que tenía suficiente paciencia (o suficiente alcohol) para soportarnos. Papitas fritas van, gaseosita viene, el último cassette de “The Sacados” sonaba en el minicomponente Winco del dueño de casa, y este humilde servidor tenía turno para por lo menos cuatro temas para bailar con La Chueca, turno que me había costado, después de una ardua serie de negociaciones con Carlitos, nueve figuritas de “las difíciles” del álbum de Italia ’90, álbum que nunca llegué a completar culpa de esta riesgosa inversión. Pero el que no arriesga no gana, y después de un guiño de ojo al Carlitos, que estaba de discjockey de turno (pause and play en la doble cassetera), éste cambia bruscamente de tema para pasar de “A mi chica le gustan las de miedo” a “Lady in red”, y antes de que el pobre Chris de Burgh pudiera empezar a lamentarse con “I've never seen you looking so lovely as you did tonight…”, yo ya tenía agarrada a Victoria de la cintura…

miércoles, 14 de marzo de 2012

59 – 2012 Se va la última


De acuerdo con la mayoría de los licenciados, todos ellos altamente facultados y con más doctorados en ciencia que el mismo Carl Sagan(ejemplos: Squirru, Horangel, Marley y no se que más mierda), respaldado por una civilización super avanzada y todavía vigente: Los Mayas (¿Cómo?  ¿Se extinguieron?), y ayudado por las más avanzadas técnicas de adivinación desarrolladas en países a la vanguardia de esta rama: Jamaica, Haití, India,  etc. ESTE SERÍA EL ÚLTIMO AÑO DE VIDA DE NUESTRO QUERIDO PLANETA TIERRA.

O sea no more minas, no more joda, no more ferné’, no more música ¡No more! ¿Entendés?..

Che veinte-doce
 Si de verdad vas a ser el último queremos decirte alguito:
Somos el grupo de “El Estropajo”,
 Y te vamos a plagar de sexo, drogas y rock n’ Roll.
Y si es como yo sospecho y no sos el último...
VAMOS A PROCEDER DE IGUAL MANERA
Por maricón y escandalizador.
SABELO.

Damas y caballeros (Especialmente las damas): Bienvenidos al Estropajo 2012. Enjoy da Show (Por que no sabemos cuando puta se irá a acabar)