Hubo un tiempo que fui hermoso y fui libre de verdad, así reza una canción.
En una época maravillosa, increíblemente libertina, sin cara-libro (léase Facebook), sin msn, sin gps, sin celulares con cámaras de 800000000 mega-pinchilas pixeles, sin pelotudeces extrañas, esos nuevos gadgets que permiten encontrarte a toda hora y en todo lugar, que te escrachan en las situaciones más inverosímiles y te dejan en evidencia, haciendo de la trampa y la piratería algo más que un arte, algo casi cercano a una tarea imposible.
Antes las excusas tenían más credibilidad y cito ejemplos:
Antes:
-¿Dónde te habías metido? Te llamé a casa y me dijeron que habías salido volando –Pregunta tu estropaja.
-Perdón no pude avisarte, salí a buscar unos libros a la biblioteca de la facu, pasado mañana tengo parcial- Verso total salí cagando a jugar un partidito con los nenes, posterior asado, joda loca (locas incluidas) y knockout etílico.
Ahora:
-¿Dónde te habías metido? Te estuve llamando a tu celular y me manda a la casilla de mensajes.
- Es que estaba en la biblioteca de la facu, y después me fui a estudiar a lo de Pablo y me olvidé de prender el teléfono- Verso muy coherente si no fuese por que al pelotudo de Pablo se le ocurrió documentar el partidito con posterior asado, un par de fotos con las locas abrazándome, y una “perlita” mía besando el piso antes de desmayarme de la curda, todo esto con su I-phone, debidamente publicado en su perfil de facebook, con efectitos, varios “me gusta” y muchos comentarios.
Antes:
-Gordo, llegó tu resumen de tarjeta, mucho gasto ¿eh?- Pregunta la estropaja indagando.
-¡Y si amorcito! Vos viste, libros, ropa para hacer deporte, el súper- Una mentira más grande que una casa. Todos los fondos se dilapidaron en telos, alcohol, cuerdas nuevas para la viola, más alcohol.
Ahora:
-Negro, llegó el resumen on line de tus tarjetas, muchos gastos éste mes ¿no?
-Y si gordita, entre las cosas de la universidad, el súper, pagarle a la empleada- Hermosamente plausible, si no fuese por que el celular, cada vez que compras te manda en cana, con el monto de la compra, el lugar donde compraste y en cuantas cuotas lo hiciste. Solo le falta poner una foto de la loca que se cuelga de tu cuello al momento de pagar.
Antes:
- ¿Qué hiciste anoche negrito? Después que me llamaste a casa a las once de la noche no supe más de vos.
- No quise joderte beba, nos quedamos viendo unas películas en lo de Mati, vos viste, después de lo del corte con su novia está medio sensible y no quiero dejarlo solo- ¡Que cintura para mentir por Dios! La realidad nos vio a Matías y a mí en un telo después de las once de la noche junto a un par de locas que conocimos en un pub a las diez de la noche.
Ahora:
-¿Qué hiciste anoche negrito? Después que me llamaste a casa a las once de la noche no supe más de vos.
-Nada del otro mundo, me quedé haciéndole la gamba a Matías, desde que cortó está medio sensible, así que vimos películas y nada más- ¿Alguna vez escucharon ésta excusa por demás coherente y sencilla? Muy creíble si no fuese por que en el registro de llamados de tu Estropaja quedó grabado el número y la zona de donde la llamaste, justo a la vuelta del telo…
Y esta es, hermanos míos, la manera que tiene la tecnología para mandarnos en cana antes que podamos revertir la situación. Nuestras medias naranjas aprendieron a hacerse amigas de nuestros amigos en el cara-libro solamente para poder seguirnos los pasos más de cerca, y nuestros detalles de cuenta súper detallados nos delatan sin que tengamos derecho a réplica.
Y llegará ese día que la tecnocracia domine el mundo como lo conocemos, que con el pago on-line podamos comprar hasta un par de porros, o no podremos tirarnos un pedo sin que nos llegue un resumen por emisión de gases nocivos, pero será, se los juro por lo más sagrado que tengo (ustedes crean lo que quieran), que cuando ese día llegue mis viudas seguramente estarán, algunas llevando flores y lágrimas, y otras escupiendo mi tumba.
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