martes, 18 de enero de 2011

21- Esa bendita lengua II (Por que mi boca no para de mandarse cagadas)

Llevábamos un buen tiempo (¿cuatro semanas?) de “novios” con Paulita, y las incursiones a la cama se hacían cada vez más interesantes, extensas y extenuantes. Las sesiones eran cada vez más parecidas a un “vale todo”, y obviamente yo estaba maravillado.
Como ya se los había comentado en el primer post  Pau era tan maravillosa que me era inevitable preguntarme que mierda hacía conmigo. Una flaca con una carrera prometedora, de buena familia, con proyectos y planes.
Pero preguntármelo a mi mismo no era el drama, el error fue preguntárselo a ella.

-Realmente no se qué haces conmigo amor.-Dije mientras prendía un pucho, y sonó como un pensamiento en vos alta, así, tirado al aire, casi como esperando que pasase inadvertido. Una vez más estaba equivocadísimo.

-Y por que te amo, nenito.- Dijo abrazándome fuertemente, casi asfixiándome, y su cuerpo desnudo me marcó todo el esqueleto

-Eh…-Silencio incómodo, cuatro semanas de relación pasaban frente a mis ojos, esta puta cabeza mía que no me deja concentrarme cuando las papas queman, eran solamente dos palabras “te amo”. ¿Sería capaz de mentirle? ¿Mentirle a alguien que QUIERO? Simplemente leer esto toma un tiempo prudencial, imagínense pensarlo.

-¡Sos un pelotudo! Dijo. y se dio vuelta sin hacer el intento de mandarse a mudar (debe ser que me amaba en serio).

Las dos horas subsiguientes se sumieron en un hondo silencio, ella dormida, y yo puetandome a mi mismo por pelotudo.
Ese fue un clarísimo ejemplo de como mi boca aún sin pronunciar palabra me caga la cucharita.


jueves, 13 de enero de 2011

20- Esa bendita lengua (A.K.A. Liar-Liar)

Dicen que el pez por la boca muere, yo le agregaría el pez y todo cristiano macho cuando las emociones lo dominan. La bocota que tengo siempre me jugó en contra cuando de mujeres, trampa y timba se trató, aunque por todos los medios tratase de frenarla, e impedir que su articulada manera de decir las cosas me terminase cagando la vida, ella siempre se las ingenió para hacerme quedar como el orto, delatarme o dejarme en evidencia frente a todo el mundo…

-Paulita, por favor abrí la puerta.- El tonito conciliador era obligatorio.

-No pienso sos un forro, ¡Dormí en el balcón!- se la escuchaba del otro lado ahogando lágrimas.

-Negrita, dale, hace frío y no quiero que los vecinos escuchen nuestra discusión.- ¡Verso total! Lo que quería era entrar, me estaba cagando de frío (pleno julio y yo con remera).

-¡Te dije que no! Sos un mal novio le demostras más cariño a esa porquería de bicho que tenés en la pecera que a mí.

-No metas a Lulita en este quilombo Pau, solamente te dije lo que pensaba, nunca quise ofenderte.- Verdaderamente no quise ofenderla, estaba siendo honesto.

-Nada, quedate ahí, al final es como yo decía vos me ves gorda.- Y el “gorda” retumbó hasta la planta baja.

-Jamás dije eso amor, simplemente dije que con un par de tallecitos más ese pantalón te iba a quedar mejor.- Y El Estropajo lo tuvo que decir de nuevo.

-¡Buaaaaa!- haciendo eco hasta perderse en la habitación- ¡SLAM!
Y el boludo del estropajo se quedo un par de horas en el balcón a ver si se hacía acreedor a una pulmonía.

Con el tiempo aprendí que ese tipo de respuestas tienen que ser automáticas a saber:

Pregunta: -¿Me queda bien?
Respuesta: -Bárbaro mi vida, estás hermosa- Aunque pareces a un matambre mal atado.

P: -¿Este vestido o el otro amor?
R: -¡Ese bebe! ¡Está divino!- Enfatícese el “ESE” a menos que se quiera quedar dos horas haciendo pruebas de vestuario y llegar tarde a donde carajo fuere.

P: -No estoy gorda, ¿No?
R: -Noooooo amor, estás cada día más fuerte bebota- Pero no salgas a la calle por que te agarra Greenpeace y te va a intentar devolver al mar.

P: -Perdoname la demora amor ¿No estás enojado verdad negro?
R: No hermosa, la espera vale la pena, estás increíble- Vamos directamente a Mc Donald’s por que a la película le deben faltar 5 minutos para terminar y no quiero que se me cague de risa el pelotudo de la puerta.

En fin, la podríamos seguir pero sería ensañarnos con esas bellezas que endulzan nuestro diario calvario del laburo, rutina, y cuentas por pagar.
¡DIOS SALVE A LAS MUJERES! (¡Como me gustan mierda!)

miércoles, 12 de enero de 2011

19- Lula

Pasé, la vi, y ¡Zas! Amor a primera vista, éramos el  uno para el otro, de cuerpo sedoso, una figura única, roja como el fuego y temperamental como ninguna, tenía que ser mía.
Llevarla a casa iba a acarrearme problemas, con absolutamente todo el mundo, desde mis viejos que me iban a decir que esa relación era peligrosa para mi, hasta mis amigos, a los cuales seguramente le iba a caer mal, al punto de dejar de visitar el depto simplemente por que ella se encontrase allí.
Nada de eso me importó, solo por el simple hecho de tenerla y saber que al gato negro le iba a provocar un derrame cerebral sabiendo que esta belleza dormía conmigo en casa.
Dos días más tarde instalada en su pecera correctamente ambientada “Lula” un tarántula usambara naranja me hacía compañía llenando mi vida de telarañas (literalmente) venenoso peligro.
Para mi sorpresa mis amigos lo tomaron bien, es más, Lula se transformó en la mimada el grupo, pero el que no lo tomó muy bien fue mi administrador, quien creo que todavía debe tener pesadillas de pelos naranjas y colmillos negros.

lunes, 10 de enero de 2011

18- La Frase de la semana 1


“Una de las malas costumbres que tenemos los hombres es calificar a las mujeres por la cantidad de alcohol que necesitamos ingerir para poder soportarlas” (El Estropajo)

sábado, 8 de enero de 2011

17- Conductor designado


Era tarde en la noche o temprano en la madrugada, depende del punto de vista. El sueñito conciliador estaba reparando las heridas provocadas unas noches atrás después de un entredicho con un par de botellas de fernet y un asado apoteósico.
Seguramente estaba soñando con alguna mina, por que si bien el sonido del teléfono casi me provoca un infarto masivo, la sonrisa dibujada en mi rostro no se despintó si no hasta que llegué al living.

- ¡Hola! ¿Quién mierda habla?- Vociferé al tubo haciendo gala de mi peor malhumor, mezclado con un cagaso de novela.

- hlla bgdiowe (idioma desconocido por el ser humano) ¿Manito?- balbuceaba alguien al otro lado de la línea dándome la pista inequívoca que estaba hasta las manos de la borrachera.

-¿Cacho? – Y me hice el pelotudo, plenamente consciente que se trataba de mi hermano del medio.

Cacho vendría a ser como un Estropajo Master, un tiro al aire y demás está decir que un tipazo genial.

- Hermano, vení a buscarme, no puedo manejar…- Se lo notaba preocupado, si salía a la calle en ese estado y con un auto preparado para correr, no iba a durar ni cien metros.

- Decime donde estas, te paso a buscar- .

Poniéndome la ropa le dí un beso a Paula, llamé un taxi, y salí a arrear a la oveja perdida.
En el lugar de los hechos, la fiesta estaba en su auge, minas por donde se busque y el alcohol casi como que rebalsaba por las ventanas, ubiqué a mi hermano tirado en un sofá abrazado a un barril de Isenbeck con piquito vertedor.
Tal era la curda de mi queridísimo Cacho, que ni siquiera atinó a mirarme, el celular todavía estaba en su mano, abierto y con mi número aún discado en el display.

-Así no te puedo ni alzar Cachito, esperemos un rato a que se te pase un poco- Le dije sin esperanza de escuchar una respuesta.

Me acomodé en el sillón, saludé a un par de personas amigas y empecé a mirar con cariño el barrilito que transpiraba de helado que estaba. Decidí que, mientras esperaba, una cervecita no iba a hacerme mal, CRASO ERROR.
Yo sabía que por algo le había enseñado a manejar a Paula. Lo único que recuerdo fue, que tres horas más tarde disqué el número de mi departamento, con la esperanza que mi hermosa estropajita no me mate a golpes por la curda que me alcé con mi queridísimo hermanito del medio.