Uno de los más grandes errores que cometí ni bien me fui a vivir solo fue ponerme de novio, pasar de ser un alma libre viviendo en la casa de tus viejos a ser un salame enjaulado con una maniática sicótica, fue una experiencia… singular.
Habría que contar antes que lo que más me cachondeaba de esta mina, a la que simplemente llamaremos María* era que no le espantaba la pata de palo, el garfio y el parche en el ojo, es más creo que eso la motivaba a perseguirme por cuanto pub barato frecuentásemos con los nenes. Era frontal, decidida y puteaba como puestero de mercado.
¿Cómo describir a María? Cómo describirla sin detenerme un par de renglones en ese par de lolas descomunales (hagan en este espacio un ademán como si quisieran abrazar un barril de madera estilo Chavo del 8), para el cuerpecito que tenía, esas lolas eran más un castigo de Dios que un par de tetas, al margen de ser una carnada maravillosa para atraer tipos.
Nos pusimos “de novios” algo así como a las dos semanas de conocernos, ofreciendo la doncella en cuestión poca resistencia. Realmente al principio me entusiasmaba la idea de tener alguien a quien querer y que me quiera, que no fuese un perro (ya que el Gato Negro me hubiese mandado a la guardia de infantería) o “Lula” (esperar posts venideros), alguien a quien llevar cuando los nenes organizaban salidas con sus respectivas medias naranjas, me había hecho a la idea de un noviazgo tranquilo, sin sobresaltos. Como siempre en la vida del Estropajo, nada más alejado de la realidad.
Un día quedé en pasarla a buscar a la salida del gimnasio. En el preciso momento que la vi salir del mismo debí haber supuesto que algo no andaba bien, debí haberlo anticipado, pero estaba enamorado, estaba hecho un pelotudo. Bajó las escaleras con un bolso sensiblemente más grande que el que un ser humano normal llevaría para una hora y media de gimnasia:
-¿Te echaron de de casa amor?- Pregunté haciéndome el gracioso.
-No negro, pensé en quedarme esta noche en tu depto. ¿Todo bien, no?- Y la inocencia de su pregunta me agarró con la guardia baja.
La tarde y la noche transcurrieron en forma normal, películas, charla, cena liviana, un- dos ultraviolento de trasnoche, y un sueño reparador haciendo “cucharita” con mi voluptuosa beba.
Me desperté a la mañana (12.00 PM) y me encontraba solo, solito y solo en la cama, se oía el ir y venir de mi muchachota por el depto, seguramente haciendo algo para comer, o que se yo. Mientras me desperezaba, mis ojos volvían a la realidad y mis oídos trataban de separar los sonidos que se amontonaban en el. Mi bebota se paseaba de un lado a otro tarareando, bah! balbuceando música lo que no distinguía era que bosta cantaba, hasta que por fin pude distinguirlo ¿Era Coltrane? ¿Era Miles Davis? Nada que ver, de fondo se escuchaba a… ¡¡ ¿RICARDO MONTANER?!!
no faltaba mas, aun no entiendo por que los guitarristas son especies inresistibles para las minitas, pero eso lleva a que te agrupes con cada femenina. Pero ojo todria ser peor si lluego de Montaner cantaba "La ventanita del amor" Dios los crea ....
ResponderEliminarJajaja. Buenisimo
ResponderEliminarAguante el Estropajo!!
ResponderEliminargande estropajo! me mato esa metafora para imagiarme las lolas de maria jajaja
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