miércoles, 4 de abril de 2012

63 – Tropecé de nuevo…



Que una mina te rompa el corazón en algún momento de tu vida, es inevitable. Que la misma mina te rompa el corazón dos veces en distintas etapas de tu vida, es por lo menos curioso (y te hace sentir como un verdadero pelotudo).

Se llama(ba) Pamela, y durante toda nuestra secundaria me había roto la cabeza de buena que estaba. Durante ese periodo, del cual tengo pocas cosas interesantes para acordarme, estuvimos de noviecitos, hicimos un par de chanchadas, y después….Se mandó a mudar a Europa. Resulta que su viejo había conseguido un laburo más que redituable en Inglaterra. Y me dejó ahí, con la ñata contra el vidrio en el aeropuerto, viendo como un avión de mierda se la llevaba a la puta madre. Estaba enamorado, o lo mas enamorado que se pueda estar a los 16 años.

Diga lo que se diga, y a pesar de las pruebas irrefutables, nunca me había podido sacar de la cabeza a Pame. Era algo así como un trauma que me llevaría varias horas de diván desterrar (o varios litros de liquido elemento no esencial, u horas de juerga, lo que llegase primero).

Con el pasar de los años vino nuestra introducción al mundo de la informática, y con Pame nos habíamos puesto en contacto vía imeil, contándonos pelotudeces, como por ejemplo de lo bien que ella la pasaba en Londres, y lo extrañamente bien que la pasaba yo en este rincón olvidado del tercer mundo (que en esa época, 2001, parecía el último mundo), mandándonos fotos, en las cuales me mostraba lo buena que estaba, de hecho estaba increíblemente buena, boludamente buena. Más buena que viajar a Bariloche con un colegio de monjas, más fuerte que la casa del tercer chanchito.

Obviamente vía imeil el fuego cruzado y las amenazas de desmembramiento carnal, al mejor estilo Saw eran ya demasiado explicitas: “Te voy  a partir al medio” “Vas a terminar pidiendo auxilio” “No te salva ni el grupo GEOF” “Cuando vaya por allá vas a saber lo que es bueno” y ese tipo de cositas.

Hasta que un buen (?) día vía emeeseene:

Pame Dice:
. Hola, estás sentado?

Estropajo dice:
. Hooola Diosa, si si, qué pasó?

Pame Dice:
. En septiembre voy para allá… Y NO TE SALVÁS!

Entre otras yerbas eso decía la conversación, pero resulta que allá por septiembre al señorito Laden Bin y a sus muchachos se les ocurrió hacer el tráfico aéreo un poco más complicado que de costumbre, así que el encuentro se pospuso para el verano del 2002, momento de vacaciones, mucho sol, poca ropa, excesos de todo tipo y demasiado desorden hormonal…

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