Lo primero era configurar la cabeza en
modo, salida… Salida con una mina. Eso implicaba tomar conciencia que tenía que
bañarme, o tratar de no lucir como un linyera de la plaza, activar el filtro
verbal y suprimir el uso de palabrotas (la putísima madre).
Me pegué una ducha, afeite lo que había
que afeitar, recorte lo que había que recortar, y en eso que me secaba elegí la
ropa que me iba a poner, tenía que ser algo sobrio pero juvenil, canchero pero
no ridículo, sexy pero sutil, me tomé mi tiempo para elegir, aproximadamente
cuatro minutos y medio.
Me subo al auto con un cuarto de litro de
perfume encima, pero hay algo que me inquieta, el perfumado soy yo, pero el
olor nauseabundo proviene de mi auto, así que decido que como tiempo es lo que
sobra, voy a hacerle pegar una lavadita.
Llego al lavadero, y el flaco me eructa un
seco pero amistoso “En media horita se lo
tenemo’ lissssto maesssstro!”. Entonces tomo la decisión equivocada y
pienso pa’ mis adentros “Ya que estamos
le meto un super pancho para matizar la espera”.
Pago el lavadero, subo al auto y pongo
Metallica al palo, canto a dúo con James el mítico “from whom the bell tolls”, y llego a la casa de la señorita
puntual como un lord inglés, toco el timbre y en lo que estoy esperando sentí
un retorcijón espantoso en la panza…
Y me agarró cagadera…
SHIT HAPPENS ;)
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