Año nuevo, vida nueva y ¡vaya si nueva!
El veintetrece nos dejó muchas anécdotas graciosas, entre ellas mi nuevo estado
civil (para mayores detalles hablen con mi abogado, el es muy cool-iadito), mi
nuevo estado financiero (para mayores detalles no hablen con mis acreedores, y si
preguntan, lo último que saben de mí, es que me vieron cruzar la frontera rumbo
a Bolivia), mi nuevo estado mental (mi psicóloga cambió su viejo gol modelo ’99
por un flamante Bora 2013, y cada vez que me mira sonríe… da que pensar) y un
tendal de historias para contar…
En general las cosas siguen más o menos
parecidas, solo que ahora hace más calor, la luz se corta más seguido, la guita
dura cada vez menos, nuestra querida presidenta desvaría cada vez más. En cuanto
a mí, sigo sin poder tragar los lunes, la cumbia y a los boludos. Y mis viudas
+1 insisten en el poco efectivo intento de hacerme la existencia miserable
(inserte pito catalán en ESTE espacio).
Damas y caballeros (muy especialmente las
damas), bienvenidos a “La fuga del
escurridizo Estropajo” –Est. 2010-. Tengo la leve sensación que este año va
a ser muy productivo. Así que pasen, pónganse cómodos y lean, la vamos a pasar
muy bien!
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